Meditación contra el estres
Foto: GETTY//FUSE
Actualizado: viernes, 26 diciembre 2014 14:04

MADRID, 25 Dic. (INFOSALUS) -

   El estrés de la vida diaria es tan global como la economía actual pero en cada rincón del mundo la cultura y la tradición han ideado distintas formas de combatir sus efectos negativos sobre nuestras vidas para neutralizarlos con remedios ligados a la naturaleza, la comunidad o el recogimiento individual.

   Un pequeño libro ilustrado titulado CALM (Lonely Planet, 2014) recoge de la mano de los viajeros que confeccionaron estas conocidas guías de viaje las distintas formas que la tradición ha dado a la búsqueda de la tan codiciada serenidad.

   El libro recorre hasta 50 'secretos' culturales para relajar nuestra mente y nuestro cuerpo que suponen a la vez una vuelta al mundo por las culturas del planeta, desde la butanesa y su tiro al arco pasando por Venecia y su carnaval para llegar hasta la provincia de Soria con su 'Paso de Fuego' en el que se camina sobre brasas cargando a otra persona sobre los hombros.

Infosalus ha seleccionado para su lectores 10 de estos secretos de la tradición frente al estrés cotidiano que se recogen en CALM:

1. Cuidar los detalles ('High tea', Gran Bretaña)

   La ceremonia del té de la tarde se remonta a la década de 1840 y se convirtió en toda una tradición británica. Allí donde hubiera británicos, detenían el tiempo como lo hacían las madres de sus madres y como lo harían los hijos de sus hijos. Aunque hoy el té de la tarde oscila entre una taza solitaria y el té completo o 'high tea' con tetera, sándwiches refinados sin corteza, 'scones' u otros dulces, conserva la estructura familiar y acogedora del evento.

   La próxima vez que hagas una pausa para un té (o un café o una infusión), no te conformes con un trago apresurado para seguir trabajando. Tómate el tiempo necesario para hacerlo bien. Saca la porcelana buena, date el capricho de algún dulce y disfruta de un momento de lujo. Seguro que tus días serán más tranquilos.

2. Darse un respiro de la 'hiperconectividad' ('Sabatt' judío, Israel)

   La esencia del Sabbat es abstenerse de "trabajar", algo que la tradición judía entiende como cualquier intento de "rehacer" el mundo. Para alcanzar la 'Shabbat Shalom' (la paz 'Sabbat'), los judíos practicantes se desconectan de todos los aparatos que saturan nuestras ocupadísimas e hiperconectadas vidas del siglo XXI:
teléfonos, Internet, móviles, correo electrónico, mensajes de texto, cámaras digitales, twitter, etc.

   Prueba a crear tu propio "minisabbat", una noche o una mañana del fin de semana, por ejemplo. Reservar unas horas fijas de desconexión a la semana es una manera efectiva de crear un entorno apacible y terapéutico libre de intrusiones electrónicas.

3. Anotar los sentimientos (Diarios mormones, EEUU)

   Desde niños, a los seguidores de la iglesia mormona se les anima a que escriban con regularidad y se les regalan diarios de tapa dura en sus cumpleaños y Navidad. Esta tradición tiene su origen en los pasajes bíblicos que hablan de la importancia de anotar las vivencias pero para los modernos guías espirituales llevar un diario es una manera de reflexionar sobre la fe, la vida, los problemas o las alegrías. Lo importante es mantener la regularidad al escribir, buscar un lugar tranquilo para hacerlo y dejar que los pensamientos fluyan de forma natural.

4. Ocupa tus manos, calma tu mente (Tejer, Australia)

   Una mente estresada es como un gran ovillo de hilo enmarañado, lleno de enredos y cabos sueltos. Dar vueltas a nuestros problemas es como tirar de esos cabos sueltos: sólo se consigue empeorar las cosas. Los pueblos aborígenes de Australia tienen tradiciones textiles que hoy siguen vigentes. A menudo reservada a las mujeres, la tradición del tejido tiene propósitos prácticos, como cestos o tamices, y decorativos, como objetos para ceremonias sagradas. Las tareas complejas para el cuerpo calman los problemas complejos de la mente y ver cómo una prenda se va creando en tus manos, punto a punto, es una sensación muy satisfactoria.

5. Evadirse de la realidad jugando ('Backgammon', Egipto)

   En la era digital es fácil que cualquier momento libre sea absorbido por los teléfonos inteligentes y las pantallas, pero hay otras formas más antiguas y sabias para pasar el rato. El 'backgammon' nació en Oriente Medio hace cinco mil años. En Irán se han encontrado pedazos de antiguos tableros en excavaciones y en Egipto se han hallado tableros de 'senet', un predecesor de este juego, en algunas tumbas antiguas. Aún hoy es fácil encontrar a ancianos en El Cairo jugando al 'backgammon' mientras fuman sus pipas de agua y toman café dulzón. Volver a los juegos de la infancia nos permite transportarnos al estado de concentración fluida que permite superar un desafío.

6. Hablar de ideas y miedos (Compartir los sueños, Ecuador)

   Cada mañana antes del alba, las familias achuar de los bosques del Amazonas del Ecuador se reúnen para beber té y contarse sus sueños. Para los achuar compartir los sueños es como ver dentro de las mentes de los demás, favorece la comprensión mutua, cohesiona a la comunidad, estimula la consideración de otros puntos de vista y, además, proporciona sensación de paz. Un buen comienzo para favorecer la calma y la cohesión dentro de tu familia o comunidad es contar qué hay en tu mente. Comparte tus ideas, miedos y pesadillas con quienes tienes cerca y deja que compartan los suyos contigo.

7. Reconciliarse con el tacto ('Kombolói', Grecia)

   Hazte con un 'kombolói', una sarta de cuentas que los griegos manipulan para obtener calma, y reconcíliate con el sentido del tacto. La creciente virtualidad de nuestra vida moderna hace que nos olvidemos del tacto de las cosas. La textura de las cuentas de madera de olivo, ámbar o cristal entre las yemas de los dedos y la palma de la mano o el sonido que producen al moverlas son sensaciones para disfrutar. Concentrarse en el tacto mientras acaricias las cuentas permite reconectar con lo tangible, con el aquí y el ahora.

8. Compartir los pesares (Caminar sobre brasas, San Pedro Manrique, Soria)

   En muchas culturas caminar descalzo sobre brasas es una prueba ante la adversidad. En San Pedro Manrique la gente se reúne para contemplar a hombres que, cargando con alguien a las espaldas, cruzan el llamado 'Paso del Fuego'. El truco para no quemarse los pies es cargar con el peso de la otra persona. Aunque andar sobre las brasas de la barbacoa no es una alternativa, puedes optar por charlar con un amigo sobre lo que te preocupa, valorar sus opiniones y dejar que te demuestre su amistad. Calmar tu ansiedad y sentirte menos sólo es tan fácil como hablar con alguien sobre tus preocupaciones.

9. Correr por placer (Correr largas distancias, Sierra Madre, México)

   Pregúntale a un corredor tarahumara de los cañones y montañas de Sierra Madre, en México, si correr es una obligación y te mirará como a un bicho raro. Para ellos, que viven en zonas muy remotas, correr largas distancias sobre terreno duro es un hábito vital tan normal como respirar o dormir y lo más importante, para estos indígenas correr es divertirse. Corren para llevar mensajes, para desplazarse de un pueblo a otro o para jugar a un deporte de pelota cuyos partidos duran varios días.  Aprende de los tarahumara a hacer del 'running' (o de cualquier otro deporte) un modo de vida y un placer en lugar de una obligación. ¿Eres de los que de niño quería ir corriendo a todas partes? Prueba a recuperar aquel espíritu.

10. Cuidar a un ser vivo (Bonsái, Japón)

   El antiguo arte japonés del bonsái cultiva árboles en miniatura y les da formas bellas. Requiere una poda meticulosa de las raíces y la copa, más el alambrado de las ramas, a fin de lograr la representación perfecta de un árbol en miniatura. El arte del bonsái exige concentración, paciencia y visión a largo plazo en lugar de satisfacción instantánea. Pero sobre todo, implica establecer una relación con otro ser vivo, interactuar con él y responder a sus demandas.

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