En términos generales el ser humano es el único mamífero que no se come la placenta

Juan Luis Arsuaga
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 18 septiembre 2012 17:07

MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -

En términos generales el ser humano es el único mamífero que no se come la placenta, según ha asegurado el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, que acaba de publicar el libro 'El primer viaje de nuestra vida', quien ha destacado que contiene calorías y hierro que son, sobre todo, son "muy apreciadas" por todos los simios.

Aunque se desconocen los motivos por los que estos mamíferos se comen la placenta, lo cierto es que esta ingesta muestra que podría ser "comestible" y que, ha apostillado, se corrobora con el hecho de que el significado de su nombre en latín signifique "torta".

"En términos generales, somos la única especie que no se la come. No obstante se puede comer porque nosotros no somos muy diferentes de los chimpancés y si ellos se lo comen y no les pasa nada, pues nosotros seguramente también", ha comentado, para recalcar que no conoce bien "la necesidad de hacerlo, salvo por razones filosóficas".

Dicho esto, el paleontólogo ha destacado el papel que juega la placenta en la gestación ya que, ha explicado, es "tan útil" que la evolución ha intentando "veinte veces" conseguirla para lograr que el embrión se alimente a partir del sistema sanguíneo de la madre.

"Esto lo ha intentado la evolución muchísimas veces porque es una buena solución. Por ello, la placenta se encuentra en peces, en tiburones, en diferentes reptiles --incluso en reptiles marinos de la era de los dinosaurios--, y en los marsupiales. Por ello, estoy seguro de que si un día vienen los extraterrestres también la tendrían", ha argumentado.

EL PARTO HUMANO: UNA "OBRA DE INGENIERÍA"

Por otra parte, Arsuaga ha destacado la "obra de ingeniería" que es el parto humano y ha recordado que el actual canal del parto se debe a que los antepasados del ser humano fueron los únicos simios con el cuerpo "perfectamente adaptado" para caminar. Un hecho que, ha explicado, propició que este canal se estrechara y se doblara y, por consiguiente, se hiciera "largo y difícil".

"El parto humano es una increíble solución de la madre naturaleza a un conflicto de intereses entre el crecimiento del cerebro y la postura bípeda", ha explicado Arsuaga, tras recalcar que éste se produce gracias a la selección natural que, además, hace que la función que desempeña la placenta sea "tan eficaz".

No obstante, existen claras diferencias entre los bebés de los seres humanos y el de los chimpancés. Y es que, según ha explicado, los seres humanos son las únicas crías mamíferas que nacen antes de tiempo, sin desarrollar y siendo dependientes aunque, por el contrario, al año son las más precoces.

Asimismo, otra de las principales diferencias que existen es que los seres humanos son los mamíferos que más se preocupan y cuidan tanto de sus hijos como de los de sus parientes debido a que llevan los mismos genes. Este hecho no suele ocurrir en otras especies, dado que deben proteger a sus crías ante la amenaza de otros miembros del grupo.

Todas estas ideas y explicaciones se pueden encontrar en el libro que Arsuaga acaba de presentar y donde, además, se narra la manera en la que influye la sexualidad en el parto, el desarrollo embrionario, el estado del desarrollo del recién nacido y, finalmente, la historia "bella y terrible" de Ignác Semelweiss, considerado 'padre de la obstetricia moderna' gracias a las medidas y a la higiene que empezaron a adoptarse en los partos tras sus descubrimientos.

Por último, Arsuaga ha lamentado que actualmente quedan todavía "muchas preguntas sin resolver" en torno a los mecanismos fisiológicos por los cuales se originan los partos. "Es necesario que se realicen más estudios ya que ha sido en 2012 cuando, por primera vez, se ha conseguido ver un parto desde dentro", ha zanjado.