La pérdida de los padres eleva el riesgo de muerte de sus hijos

Actualizado: miércoles, 23 marzo 2011 15:30

Los hijos más mayores que pierden a sus padres presentan una menor mortalidad que aquellos que aún tienen padres vivos

MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -

La muerte de los padres conlleva un incremento del riesgo de fallecimiento de sus hijos, según un estudio realizado por la investigadora del Centro para Estudios de la Equidad en Salud (CHESS, por sus siglas en inglés) de Suecia Mikael Rostila y el investigador de Abo Akademi University de Finlandia Jan Saarela, que advierte de que los más afectados son los niños más pequeños que pierden a su madre.

El estudio se basa en el registro CHESS, donde es posible vincular a padres e hijos y así seguir a los hijos hasta 10 años tras la pérdida de sus padres.

Según explica Rostila, "entre los hijos de 10 a 18 años hay un incremento del riesgo de muerte". "En comparación con los niños que no han perdido a sus madres a estas edades, su riesgo de fallecer es casi el doble", asegura.

"El hecho de que sobre todo sea la pérdida de la madre la que impacte más en los niños puede explicarse de diferentes formas. Puede ser que la relación entre la madre y su hijo se caracterice por un fuerte contacto emocional, lo que conlleva que el niño se vea más afectado por la pérdida", sugiere.

"Otros estudios han demostrado que las madres transfieren más recursos materiales y económicos a sus hijos que los padres, lo que puede tener un efecto positivo sobre su salud", apunta Rostila.

Los resultados de este estudio indican también, de forma sorprendente, que los hijos más mayores, entre los 40 y los 50 años de edad, que pierden a sus padres presentan una menor mortalidad que aquellos cuyos padres siguen vivos.

Para Rostila, "esto puede deberse a que los padres, en la etapa final de sus vidas, generan una gran carga de ansiedad y cuidado y muchos padres mayores siguen enfermos durante un largo periodo de tiempo.Paradógicamente, su muerte puede ser un alivio para los hijos, ya que los padres dejan de sufrir".

El trabajo también muestra que la muerte por accidente o suicidio, por ejemplo, es el tipo de fallecimiento que trae las mayores consecuencias para la salud de los hijos. Dice Rostila que "es esperable que la pérdida repentina de los padres sea más difícil de aceptar", pues "no se tiene tiempo para prepararse para recibir la noticia" y por ello conlleva un mayor riesgo de sufrir una crisis o una depresión.

"Los resultados de este estudio tienen importantes consecuencias para el cuidado de la salud, pues no tenemos muchos conocimientos sobre como la muerte y la enfermedad impacta individualmente en la salud de los que quiere", concluye.