Consiguen afinar el diagnóstico precoz del aborto espontáneo

Actualizado: miércoles, 6 julio 2011 21:05

MADRID, 6 Jul. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Hospital St. Mary de Manchester, en Reino Unido, han conseguido afinar el diagnóstico precoz de un aborto espontáneo hasta llegar a predecir con exactitud qué mujeres con riesgo de sufrir esta complicación fatal acaban perdiendo su bebé.

Así se desprende de los resultados de un estudio presentados en la reunión anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana que se celebra.

Actualmente se estima que en uno de cada cinco embarazos hay riesgo de sufrir un aborto espontáneo y, en el 20 por ciento de los casos, acaba produciéndose el fallecimiento del bebé.

Sin embargo, al no haber forma alguna de predecir el desenlace de esta amenaza de abortos involuntarios, los ginecólogos toman medidas que "en ocasiones son inútiles e incluso potencialmente dañinas", como análisis de sangre, ecografías u hospitalizaciones innecesarias, según explica el doctor Kaltum Adam, autor del estudio.

Para buscar una solución a este problema, Adam y su equipo realizaron un seguimiento entre 2009 y 2010 a un total de 112 mujeres con riesgo de aborto espontáneo que tenían entre seis y diez semanas de embarazo. Durante las cinco semanas que duró el estudio, se sometieron a ecografías, análisis de dolor y sangrado, medición de los niveles de progesterona y la hormona del embarazo, la gonadotropina coriónica humana (hCG).

Tras analizar los datos, encontraron que había seis factores que tuvieron un mayor impacto sobre el riesgo de aborto involuntario: un historial de infertilidad, los niveles de progesterona, los niveles de hCG, el tamaño del feto, la cantidad de sangrado y la edad gestacional del bebé.

Cada uno por separado, ninguno de estos factores bastaba para predecir con exactitud el riesgo de aborto espontáneo pero, se combinaron dos de estos factores, la cantidad de sangrado y los niveles de hCG, se obtuvo una especie de índice de viabilidad de embarazo (PVI, en sus siglas en inglés), que podía servir como método fiable para predecir qué embarazos acababan en aborto.

"Al final del período de estudio, el PVI fue capaz de predecir con una eficacia del 94 por ciento aquellos embarazos que resultaron positivos y, al mismo tiempo, también acertó el 77 por ciento de aquellos en que se produjo un aborto espontáneo", explica Adam.

De este modo, aseguran que a partir de ahora disponen de una herramienta "sólida" para intentar evitar aquellos embarazos con riesgo de aborto cuando, "actualmente, todo lo que podemos hacer es cruzarnos de brazos y esperar lo mejor".

Además, el PVI permitirá a los médicos evitar intervenciones innecesarias ya que "hay mujeres que acaban sometiéndose a excesivos análisis de sangre y monitorizaciones", al tiempo que se podrá definir con más precisión qué mujeres necesitarán realmente apoyo psicológico.

No obstante, y dado que reconocen que el estudio ha contado con pocas mujeres, Adam y su equipo están buscando financiación para validar el modelo PVI con un ensayo clínico que al menos incluya a mil mujeres en riesgo.