Profesores agotados, ¿alumnos estresados?

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Actualizado: martes, 28 junio 2016 6:00

   MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Al menos, el 65% de los profesores de Primaria, Secundaria y Bachillerato sufre el denominado síndrome del 'burnout' o alguno de sus episodios más tempranos. Este trastorno, que se traduce literalmente como estar 'quemado' o 'carbonizado', implica un agotamiento emocional que, en ocasiones, se desarrolla como resultado de una relación personal "dura, intensa y frustrante" con alumnos o compañeros.

Los profesores 'quemados' presentan una serie de síntomas inequívocos. Por ejemplo, están agotados emocionalmente, se sienten más fríos, ariscos y cínicos en su relación con los alumnos o el resto de docentes, y no se encuentran realizados en su trabajo. Esta situación tiene claras repercusiones en la calidad del desempeño de su trabajo pero, además, podría provocar estrés en los alumnos.

   Así se desprende de un estudio de la Universidad de la Columbia Británica (UBC), en Vancuver, Canadá, que afirma que el agotamiento de los maestros y el estrés de los estudiantes pueden estar vinculados. La investigación, publicada en 'Social Science & Medicine', estudió aulas de cuarto a séptimo grado de 17 escuelas públicas de Vancouver para ver la relación entre la sensación de los maestros de estar 'quemados' con su trabajo y los niveles de cortisol de los estudiantes, que es un indicador biológico del estrés.

   Los científicos recogieron muestras de saliva de más de 400 niños de primaria y analizaron sus niveles de cortisol, detectando que en las aulas en las que los profesores experimentaron más agotamiento o sentimientos de cansancio emocional, los niveles de cortisol de los alumnos fueron elevados. Los niveles más altos de cortisol en los niños de primaria se relacionan con problemas de aprendizaje, así como problemas de salud mental.

   "Esto sugiere que se podría estar produciendo un contagio del estrés en la clase entre los estudiantes y sus profesores", afirma Eva Oberle, autora principal del estudio y profesora asistente recién nombrada por la Asociación de Aprendizaje Temprano Humano (HELP, por sus siglas en inglés) en la Escuela de la Población y la Salud Pública de la UBC . "No se sabe qué fue primero: el cortisol elevado en los alumnos o los maestros quemados. Consideramos que la conexión entre el estrés del estudiante y el agotamiento de los los maestros un problema cíclico en el aula", añade.

LOS PROFESORES NECESITAN RECURSOS Y APOYO

    Oberle señala que un clima estresante en el aula podría ser el resultado de un apoyo inadecuado para los profesores, que puede afectar a la capacidad de los maestros de gestionar eficazmente a sus estudiantes. Un aula mal gestionada puede contribuir a que no se están cubriendo las necesidades de los estudiantes y el aumento de la tensión, lo cual podría reflejarse en los niveles elevados de cortisol en los alumnos.

   Como alternativa, el estrés puede provenir de los estudiantes, que pueden ser más difíciles de enseñar debido al aumento de la ansiedad, problemas de comportamiento o necesidades especiales. En este escenario, los profesores podrían sentirse abrumados y mostrar mayores niveles de agotamiento. "Nuestro estudio es un recordatorio de los problemas sistémicos de los profesores y educadores a medida que aumenta el tamaño de clase y se limitan los apoyo a los maestros", subraya Oberle.

   "Está claro a partir de una serie de estudios de investigación recientes que la enseñanza es una de las profesiones más estresantes y que los profesores necesitan recursos y apoyo adecuados en sus puestos de trabajo con el fin de combatir el agotamiento y aliviar el estrés en el aula", afirma la profesora de Educación de la UBC Kimberly Schonert-Reichl, coautora y director de HELP. "Si no apoyamos a los maestros, corremos el riesgo de que los alumnos sufran daños colaterales", añade.