Las presiones sociales alteran el ritmo natural de sueño

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Actualizado: lunes, 9 mayo 2016 17:41

   MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) -

   Un estudio pionero de los patrones de sueño de todo el mundo combina el modelado matemático, aplicaciones móviles y grandes datos para analizar los papeles que juegan la sociedad y la biología en la fijación de los horarios de sueño. Entre sus hallazgos, destaca que las presiones culturales pueden anular los ritmos circadianos naturales, con los mayores efectos mostrándose a la hora de acostarse.

   Aunque las responsabilidades matutinas, como el trabajo, la escuela y los niños, juegan un papel en el momento de despertarse, los investigadores dicen que no son el único factor. "En general, parece que la sociedad gobierna la hora de dormir y el reloj interno de uno gobierna el tiempo de vigilia, y acostarse más tarde está vinculado a la pérdida de sueño", dice uno de los autores del trabajo, Daniel Forger, del Departamento de Medicina Computacional y Bionformática de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Michigan, Estados Unidos.

   "Al mismo tiempo, encontramos un fuerte efecto en el momento de levantarse de los usuarios de los relojes biológicos, no sólo de los relojes despertadores. Estos resultados ayudan a cuantificar el tira y afloja entre la hora normal solar y social", añade este miembro también del colegio de Literatura, Ciencia y Artes de la Universidad de Michigan.

   En la investigación, se empleó una aplicación gratuita de los teléfonos móviles que reduce el desfase horario para recoger datos sólidos del sueño de miles de personas en cien países. Los investigadores examinaron cómo la edad, el género, la cantidad de luz y el país de origen afectan a la cantidad de tiempo que duermen las personas en todo el mundo, cuándo se van a la cama y cuándo se despiertan.

   Cuando Forger habla de relojes internos o biológicos, se está refiriendo a los ritmos circadianos, las fluctuaciones en las funciones corporales y los comportamientos que están vinculados al día de 24 horas del planeta. Estos ritmos son establecidos por un grupo de 20.000 neuronas del tamaño de granos de arroz ubicadas tras los ojos y que están reguladas por la cantidad de luz, especialmente la luz del sol, que captan nuestros ojos.

   Desde hace tiempo se cree que los ritmos circadianos son el principal impulsor de los horarios de sueño, incluso desde el advenimiento de la luz artificial y los hoarios laborales. La nueva investigación ayuda a cuantificar el papel que desempeña la sociedad.

   Forger y su colega Olivia Walch llegaron a sus conclusiones porque hace varios años, lanzaron una aplicación llamada 'Entrain' para ayudar a los viajeros a adaptarse a nuevas zonas horarias, la cual indica horarios personalizados de luz y oscuridad. Para emplear la aplicación, el usuario tiene que conectar sus horas de sueño típicas y la exposición a la luz, y se le da la opción de presentar su información de manera anónima a la universidad.

DETECTADA UNA DIFERENCIA DE CASI UNA HORA ENTRE PAÍSES

   La extensión de los promedios nacionales de la duración del sueño osciló entre un mínimo de alrededor de 7 horas y 24 minutos de sueño para los residentes de Singapur y Japón a un máximo de 8 horas y 12 minutos para los habitantes de los Países Bajos. Eso no es una ventana enorme, pero los investigadores dicen que cada media hora de sueño supone una gran diferencia en términos de la función cognitiva y la salud a largo plazo.

   Un estudio reciente de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos detectó que en todo el país uno de cada tres adultos no está durmiendo el mínimo recomendado de siete horas. La falta de sueño, según los CDC, aumenta el riesgo de obesidad, diabetes, presión arterial alta, enfermedades del corazón, derrame cerebral y estrés.

   Los investigadores de la Universidad de Michigan también encontraron que los hombres de mediana edad duermen menos, a menudo menos de la cantidad recomendada de 7 a 8 horas, y que las mujeres dedican más horas al sueño que los hombres, unos 30 minutos más en promedio. Las mujeres van a la cama un poco más temprano y se despiertan más tarde, sobre todo en edades comprendidas entre los 30 y 60 años.

   Las personas que pasan algún tiempo a la luz del sol cada día tienden a ir a la cama temprano y dormir más que las que pasan la mayor parte de su tiempo bajo la luz interior, según los hallazgos del estudio. Los hábitos convergen a medida que envejecemos, con horarios de sueño más similares entre las personas mayores de 55 años que en las menores de 30 años.

   El sueño es más importante e lo que la mayoría de personas se dan cuenta, según los investigadores. Incluso si una persona duerme seis horas por la noche, todavía tiene una deuda de sueño, dice Walch, estudiante de doctorado en el Departamento de Matemáticas y un co-autor del artículo.