VIH, sida
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Actualizado: jueves, 1 diciembre 2016 17:18

   VALENCIA, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Un estudio multicéntrico ha demostrado que la administración de prebióticos influye en la composición y el funcionamiento de las bacterias intestinales de las personas afectadas por el VIH, al mismo tiempo que mejora parámetros de inflamación y función inmunológica.

   Los resultados del estudio, codirigido por el Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, la Unidad Mixta de Investigación en Genómica y Salud de la Fundación Fisabio y el Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biología Evolutiva de la Universitat de València (UV), publicados en 'Mucosal Immunology', confirman que los tratamientos dirigidos a mejorar la comunidad bacteriana intestinal son "efectivos" para controlar la inflamación crónica que sufren estos pacientes.

   Según ha informado Fisabio en un comunicado, el tratamiento con prebióticos ayudaría a prevenir las enfermedades relacionadas con el envejecimiento que aparecen más precozmente y con mayor frecuencia en las personas con VIH.

   "Las bacterias intestinales contribuyen a mantener nuestra salud a través de un gran número de mecanismos. Por tanto, las alteraciones persistentes en la microbiota intestinal contribuyen a la aparición de problemas de salud. Las personas con VIH presentan cambios en estas bacterias debido a que el virus daña su hábitat a las pocas semanas de la transmisión", ha explicado el investigador del Hospital Ramón y Cajal, Sergio Serrano.

   En el trabajo se ha demostrado que la administración de prebióticos "produce no solo cambios beneficiosos en la microbiota intestinal, sino también la mejoría de marcadores inmunológicos y cambios en la expresión de genes humanos, lo que demuestra la influencia de las bacterias sobre nuestra fisiología", ha añadido Andrés Moya, investigador de la Fundación Fisabio y catedrático de Genética de la UV.

44 ANALIZADOS

   Los investigadores han analizado las bacterias intestinales de un grupo de 44 individuos: nueve sujetos sanos y 35 pacientes con VIH con diferentes grados de control de la infección y de recuperación inmunológica.

   "Del total de 44 pacientes reclutados en el Hospital Ramon y Cajal y el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, 34 de ellos recibieron prebióticos y los 10 restantes placebo durante un período de seis semanas. Llevamos a cabo la determinación de los distintos marcadores del sistema inmune así como la toma de muestras fecales de todos ellos antes y después del tratamiento", ha detallado Vicente Estrada, investigador del Hospital Clínico San Carlos.

   Las muestras se analizaron mediante técnicas de secuenciación masiva en los laboratorios de Genómica y Salud de la Fundación Fisabio. En concreto, se estudió la composición de las bacterias que habitan en el intestino y su capacidad de producir ácidos grasos de cadena corta, como el ácido butírico que posee un "importante efecto antiinflamatorio".

   Los resultados han demostrado que la intervención con prebióticos modificó la estructura de la microbiota en todos los grupos de estudio. "Hemos visto que los pacientes con VIH presentan bacterias específicas, algunas de ellas contribuyen negativamente a los procesos patogénicos y otras parecen haber sido seleccionadas en respuesta al proceso inflamatorio", ha descrito Jorge F. Vázquez-Castellanos, investigador de la Unidad Mixta en Genómica y Salud de la Fundación FISABIO y la UV.

   El estudio ha revelado que aquellos pacientes que presentan mayor abundancia de bacterias Faecalibacterium y Lachnospira mostraron un "significativo aumento" de la producción de ácido butírico y una mejoría de los biomarcadores inflamatorios.

   María José Gosalbes, investigadora de la Unidad Mixta y del CIBERESP, ha precisado que es "probable" que el grado de respuesta al tratamiento con prebióticos de los diferentes grupos de pacientes esté relacionado con la resistencia al cambio de las distintas comunidades bacterianas. "La mayor mejoría la observamos en pacientes con una menor evolución de la infección por VIH y, en consecuencia, con un ecosistema bacteriano menos adaptado al nuevo estado inflamatorio", ha descrito.

   El estudio se ha llevado a cabo en el seno de un consorcio en el que participan el Hospital Ramón y Cajal, la Unidad Mixta Genómica y Salud de FISABIO, el Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biología Evolutiva de la Universitat de València (UV), el Instituto de Catálisis del Centro Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad San Pablo CEU, la Universidad de Lleida, la Universität Hohenheim (Alemania), los Hospitales Clínico San Carlos, Doce de Octubre, La Paz y Fundación Jiménez Díaz en Madrid, el Centro Sandoval (Madrid), el Hospital del Mar de Barcelona, el Hospital San Pedro de Logroño y el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.