La peligrosa acción del tabaco en el desarrollo de la enfermedad arterial periférica

Aterosclerosis, ateroma, arteria obstruida
Aterosclerosis, ateroma, arteria obstruida - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / 7ACTIVESTUDIO - Archivo
Publicado: lunes, 26 octubre 2020 8:15

   MADRID, 26 Oct. (EDIZIONES) -

   El tabaco es el principal factor de riesgo independiente para desarrollar la Enfermedad Arterial Periférica (EAP), multiplicando el riesgo por dos o incluso por 4 respecto a una persona que no es fumadora.

   "La duración e intensidad del tabaquismo se relaciona con la gravedad de la EAP. Además, el tabaco también incrementa el riesgo de EAP asintomática, aumentando la posibilidad de que fumadores jóvenes empiecen a desarrollar la enfermedad años antes de presentar síntomas", según advierte en una entrevista con Infosalus el doctor César García-Madrid, director del Instituto Vascular García-Madrid del Centro Médico Teknon de Barcelona.

   Según detalla el especialista, la EAP consiste en el estrechamiento u obstrucción de las arterias que suministran la sangre a las piernas, y se suele manifestar con dolor en éstas al caminar, en forma de claudicación intermitente.

   "Sin embargo, en estadios iniciales, se pueden no dar síntomas. Está fuertemente asociada con la enfermedad coronaria y cerebral, por lo que algunas personas no saben que tienen EAP hasta que sufren un infarto de miocardio o un ictus", advierte.

   García-Madrid explica que en los estadios iniciales durante los primeros años, cuando la estrechez de la arteria es leve o moderada, la EAP se puede presentar sin síntomas, y a medida que las arterias se van estrechando, progresivamente, el paciente notará cansancio o dolor en las piernas al caminar, lo que se conoce como 'claudicación intermitente'.

   "Ello es debido a que al caminar los músculos precisan más oxígeno, pero la existencia de un estrechamiento u obstrucción de la arteria impide que llegue la cantidad necesaria de sangre. Con el tiempo, la enfermedad puede progresar hacia formas con úlceras, infecciones, e incluso gangrena que podría requerir la amputación", agrega el director del Institut Vascular García-Madrid del Centro Médico Teknon de Barcelona.

   En concreto, el experto de Quirónsalud explica que la EAP es la manifestación en las piernas de una enfermedad del sistema circulatorio conocida como 'aterosclerosis': "Con la edad y ciertos factores de riesgo se produce el depósito de placas de ateroma (aterosclerosis) en las paredes de las arterias, con lo cual se vuelven rígidas y estrechas, limitando el paso del flujo sanguíneo".

   Así, cita que los principales factores de riesgo para desarrollar aterosclerosis son: El tabaco, la diabetes, la hipertensión arterial, el colesterol y los triglicéridos, la falta de ejercicio y los antecedentes familiares de enfermedades vasculares.

    Además, avisa de que la EAP comparte factores de riesgo similares con la aterosclerosis en otros territorios de la anatomía, pudiendo coexistir con patología coronaria y cerebral: "Por ello, el riesgo de infarto de miocardio y/o accidente cerebrovascular (AVC) en pacientes afectos de EAP es entre 2 y 4 veces superior a la población normal. La EAP constituye, por tanto, un marcador de enfermedad aterosclerótica en otros territorios del organismo".

   En este punto, el experto en cirugía vascular destaca que la EAP no es un problema menor, siendo su prevalencia elevada, y afectando al 15% de la población mayor de 60 años de edad, en la mayor parte de los casos asintomática.

¿CÓMO SE REALIZA EL DIAGNÓSTICO?

   Para la detección precoz de la EAP precisa que los cirujanos vasculares disponen hoy en día de exploraciones no invasivas "claramente coste-efectivas y muy precisas", como la determinación con ultrasonidos Dppler del índice tobillo-brazo (ITB) y la claudicometría. "Otras exploraciones más sofisticadas como el estudio hemodinámico mediante eco-Dppler vascular con color nos va a permitir medir el grosor del vaso y su luz o caudal de sangre", sostiene.

   Aquí menciona que el índice tobillo-brazo, además de ser útil para el diagnóstico de la EAP, puede aportar información como predictor del riesgo cardiovascular global y por tanto, ser útil para instaurar un tratamiento médico preventivo más eficaz.

¿CÓMO SE TRATA? ¿SE PUEDE PREVENIR?

   Sobre el tratamiento de la EAP y de la claudicación intermitente, el director del Instituto Vascular García-Madrid del Centro Médico Teknon de Barcelona señala que existen en la actualidad diferentes opciones terapéuticas de revascularización, basadas en las nuevas tecnologías, y que van a permitir restablecer el flujo sanguíneo de las extremidades inferiores en aquellos pacientes que ya presentan sintomatología:

   - La cirugía endovascular minimamente invasiva que consiste en la introducción, a través de la arteria femoral, de catéteres para abrir las arterias estrechadas. Entre los métodos más utilizados destacan la angioplastia con balón y los Stents.

   - La cirugía de revascularización mediante diferentes tipos de by-pass, que permite tratar a aquellos pacientes con lesiones más extensas.

   En cuanto a la prevención, el especialista de Teknon apunta a evitar los factores de riesgo ambientales, siendo el más importante el tabaco. "Es necesario un control médico de los factores de riesgo intrínsecos como la presión arterial, el colesterol, o la diabetes en caso de padecerla. Por último, es muy recomendable para las arterias realizar ejercicio de manera regular", aconseja.

   Con todo ello, el doctor García-Madrid subraya que la prevención, el diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado son los pilares que van a permitirnos reducir la incidencia de eventos cardiovasculares (infarto de miocardio, enfermedad cerebrovascular, insuficiencia renal, isquemia mesentérica, y amputaciones).