¿Padece tu hijo enfermedad de Osgood-Schlatter?

Niño, doctora, mujer
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Actualizado: domingo, 29 mayo 2016 11:13

   MADRID, 29 May. (EDIZIONES) -

   Hace más de 100 años, en el tiempo en el que se comenzaron a utilizar los rayos X, cada vez que se describía por primera vez una anomalía esquelética se la solía denominar con el nombre de sus ‘descubridores’. En el caso que nos ocupa fueron los doctores Robert Bayley Osgood y Carl Schlatter, quienes de forma simultánea e independiente en 1903 describieron esta afectación de la rodilla.

   Según explica a Infosalus el doctor Màrius Aguirre, jefe de unidad de Ortopedia Infantil en el Hospital Universitario Vall d'Hebron en Barcelona, los doctores Osgood y Schlatter describieron una afectación en la rodilla en placas de rayos X en adolescentes que no se consideraba normal pero que en realidad no puede considerarse tampoco una enfermedad ya que se trata de un proceso benigno asociado al desarrollo del esqueleto del niño en crecimiento y a la sobrecarga por actividad física intensa.

   Los padres suelen acudir con sus hijos a la consulta por el dolor que estos adolescentes presentan en la cara anterior de la rodilla, más concretamente en la tuberosidad anterior de la tibia, situada en la parte inferior de la rodilla, donde se encuentra el ‘anclaje’ del tendón rotuliano con la tibia que transmite la fuerza del potente músculo cuádriceps responsable del movimiento de la rodilla, por ejemplo estirar la rodilla o chutar una pelota.

   La sobrecarga y los micro-traumatismos repetidos que la actividad deportiva conlleva en este punto de unión del tendón con el hueso aún en crecimiento pueden desencadenar un proceso inflamatorio y doloroso en niñas entre los 11 y 13 años y en niños entre 13 y 15 años, comenta el doctor Aguirre.

   “Si un adolescente está en la fase típica del estirón y realiza una actividad deportiva intensa (fútbol, bicicleta, esquí), puede producirse una sobrecarga en la tuberosidad tibial anterior que puede producir una inflamación y dolor justo por debajo de la rótula, en la parte baja de la rodilla que se presenta sobre todo después de la actividad física y cede con el reposo”, señala el doctor Aguirre.

AUTOLIMITADO Y SIN SECUELAS

   Según apunta el doctor, una exploración física que ponga de manifiesto un dolor selectivo a la palpación de la tuberosidad anterior, suele ser suficiente para establecer el diagnóstico.

Por regla general no hace falta que el niño pase por una radiografía porque no siempre existe una relación clara entre la imagen radiológica y el dolor, la misma imagen con irregularidades en la tuberosidad tibial puede visualizarse en chicos con o sin dolor a este nivel. Solo sería necesario emplear rayos X para descartar otras afectaciones.

   “Lo más importante es tranquilizar a la familia, que sepan que no se trata de nada grave ni de una verdadera enfermedad, sino de un proceso que se resuelve espontáneamente pero que necesita tiempo”, indica el doctor Aguirre.

   Por este motivo, el especialista aconseja dejar a los chicos hacer deporte y que ellos mismos se auto-regulen la actividad física y que no practiquen deporte con la misma intensidad, si es preciso. De forma ocasional, si el dolor es severo después de una actividad deportiva intensa puede proporcionarse al menor un analgésico o antiinflamatorio para aliviar la sintomatología.

   “Aunque la incidencia es muy variable, es una afectación muy frecuente, si los padres preguntan en la clase de su hijo es probable que encuentren que el mismo proceso le esté sucediendo algún otro compañero”, aclara el doctor Aguirre.

   Se resuelve en un periodo de un año o un año y medio como mucho. “Es un proceso que se resuelve de forma espontánea con el tiempo, no hay adultos en los que persista el dolor como secuelas de un Osgood-Schlatter, aunque en ocasiones puede persistir una prominencia residual. Los padres pueden estar tranquilos”, concluye el especialista de Vall h’Hebron.