Los pacientes con depresión que han sufrido un ataque cardiaco tienen mayor riesgo de muerte

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Publicado: martes, 9 julio 2019 17:54

MADRID, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los pacientes con depresión o ansiedad prolongada que han sufrido anteriormente un ataque cardíaco tienen mayor riesgo de muerte, según las conclusiones de una investigación publicada en la revista 'European Journal of Preventive Cardiology', editada por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés).

"La angustia emocional crónica tras un ataque cardiaco hace más difícil adoptar los cambios en el estilo de vida que mejoran el pronóstico después de un ataque cardiaco, como dejar de fumar, estar físicamente activo, comer saludablemente, reducir el estrés y tomar medicamentos recetados", explica el autor principal del trabajo, Erik Olsson, de la Universidad de Uppsala (Suecia).

Investigaciones anteriores han demostrado que la angustia emocional, como la depresión y la ansiedad, afecta el pronóstico después de un ataque cardíaco. Este fue el primer estudio en examinar el pronóstico según la duración de la angustia. En el estudio participaron 57.602 pacientes de los registros nacionales de 'SWEDEHEART' que sobrevivieron al menos un año después de un primer ataque cardiaco. La angustia emocional se midió a los 2 y 12 meses después del ataque cardíaco. Los pacientes fueron seguidos durante una mediana de 4,3 años.

El estudio muestra que esta ansiedad o depresión persistente durante un año tiene un impacto en el pronóstico, mientras que a corto plazo no. En comparación con los pacientes sin angustia emocional, los que se sintieron deprimidos o ansiosos en ambos momentos fueron un 46 y 54 por ciento más propensos a morir por causas cardiovasculares y no cardiovasculares, respectivamente, durante el seguimiento. Los pacientes que se sentían angustiados solo a los dos meses no tenían mayor riesgo.

Más del 20 por ciento de los pacientes se encontraban en la categoría de angustia emocional persistente. Investigaciones anteriores muestran que este estado está relacionado principalmente con factores sociodemográficos, más que clínicos. Por ejemplo, ser más joven, mujer, haber nacido en el extranjero y estar desempleada (en comparación con una persona empleada o jubilada). Alrededor del 15 por ciento de los participantes se sintieron ansiosos o deprimidos a los dos meses, pero luego se recuperaron.