'Oler a tabaco' pone en riesgo tu salud

Tabaco, amigos, humo
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Actualizado: miércoles, 9 marzo 2016 10:01

   MADRID, 9 Mar. (EDIZIONES) -

   No hay ninguna duda sobre los efectos adversos del tabaco para la salud tanto de los fumadores como de los individuos expuestos al humo de segunda mano. Tampoco se cuestiona que el humo de tabaco es inhalado por todos por todos los que rodean al fumador y, en consecuencia, tanto fumadores como no fumadores quedan expuestos a sus efectos nocivos.

   Hay otro nivel de exposición al tabaco menos conocido del que no se ha valorado, hasta ahora, sus efectos en la salud. Se trata del humo de tercera mano, es decir aquel que permanecen cuando el humo de segunda mano se ha disipado y se produce cuando el humo exhalado se pone en superficies como la ropa, el cabello, las casas y los automóviles.

   Una investigación publicada en 'Plos One' por un equipo dirigido por científicos de la Universidad de California, Riverside, en Estados Unidos, muestra en ratones que la exposición a THS causa resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes tipo 2. Se ha demostrado en ratones que el THS daña el hígado y los pulmones, complica la cicatrización de heridas y causa hiperactividad; una lista a la que hay que añadir ahora la diabetes tipo 2, la forma más común de la enfermedad.

   "Si se confirma en los seres humanos, nuestro estudio podría impactar de manera importante en cómo la gente considera la exposición a toxinas ambientales del tabaco", afirma Manuela Martins-Green, profesora de Biología Celular y Neurociencia en la Universidad de California en Riverside y autora principal del estudio.

   "Los niños y los ancianos son especialmente vulnerables al THS y su impacto en la salud. Como los bebés con frecuencia se arrastran por las alfombras y tocar objetos expuestos al humo exhalado, están en alto riesgo de exposición al THS. Los ancianos son también de alto riesgo simplemente porque los órganos mayores son más susceptibles a la enfermedad", matiza.

   Martins-Green explica que el THS consiste en toxinas del humo del tabaco que permanecen en las superficies y en el polvo después de fumar tabaco. "Esto incluye toxinas que se vuelven cada vez más tóxicas con la edad y son reemitidas en el aire o reaccionan con otras sustancias químicas en el medio ambiente para producir nuevos contaminantes -apunta--. Algunos de estos contaminantes son cancerígenos".

EL TRATAMIENTO CON ANTIOXIDANTES REVIRTIÓ LOS DAÑOS

   Su equipo de investigación encontró que el estrés oxidativo celular aumenta en ratones expuestos a THS, dañando proteínas, grasas y el ADN, y que conduce a la hiperglucemia (exceso de glucosa en la corriente sanguínea) y la insulinemia (exceso de insulina en la sangre), un trastorno también llamado resistencia a la insulina. Cuando se trató a los ratones expuestos al THS en su laboratorio con antioxidantes, el estrés oxidativo, el daño molecular y la resistencia a la insulina se invirtieron, lo que confirma que la exposición al THS eleva el estrés oxidativo.

   El páncreas produce insulina en el cuerpo y esta hormona permite que las células conviertan el azúcar o la glucosa de los alimentos que comemos en energía. Para utilizar la glucosa y almacenar la sangre, el páncreas libera más insulina con cada comida que tomamos. En la diabetes tipo 1, el páncreas no produce insulina, por lo que los pacientes reciben insulina para aumentar los niveles en el cuerpo. En la diabetes tipo 2, el páncreas produce insulina, pero las células no son capaces de responder a ella.

   "En la diabetes tipo 2, la glucosa no entra en las células y el aumento de los niveles de insulina, como resultado de un páncreas sobrecargado, no hace nada por facilitar la entrada de glucosa en las células para producir energía --dice Martins-Green--. Esto es lo que vimos en el 49 por ciento de los ratones expuestos a THS en el laboratorio".

   "Nuestros hallazgos tienen implicaciones directas para los seres humanos debido a que las toxinas del tabaco están a menudo presentes en los hábitats humanos", alerta Martins-Green. "Esperamos que nuestro estudio influya en la política pública sobre el control de la exposición de los no fumadores --especialmente los bebés, los niños y los ancianos-- a las toxinas del THS", agrega esta investigadora.

   Causada por una combinación de estilo de vida y factores genéticos, la diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica con síntomas como micción frecuente, aumento de la sed y el hambre y la pérdida de peso. Las complicaciones a largo plazo por los altos niveles de azúcar en la sangre son enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular, problemas de visión e insuficiencia renal.

   Más común en los adultos, la diabetes tipo 2 afecta cada vez más a los niños a medida que aumenta la obesidad infantil. No hay cura; por lo que las personas con la enfermedad deben controlar el trastorno comiendo bien, haciendo ejercicio y manteniendo un peso saludable.

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