La OCU recuerda que el pescado y las verduras siguen siendo alimentos clave para una dieta saludable

Actualizado: jueves, 30 junio 2011 18:54

MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -

La OCU señala que las recomendaciones sobre alimentos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) "no deben generar alarma ni extremismos" y que, tanto el consumo de pescado como el de verduras, siguen siendo claves para seguir una dieta saludable.

"El pescado sigue siendo bueno para la salud cardiaca, el desarrollo embrionario y el crecimiento de los niños (...) aporta proteínas de alto valor biológico, vitaminas A, D y B12, yodo y selenio, por lo que es necesario incluirlo en la dieta", recuerdan.

Asimismo, según destaca la OCU, la presencia de nitratos en algunas verduras "no es excusa para dejar de comer un alimento tan rico en vitaminas, fibra y minerales".

No obstante, advierten también de que "conviene controlar el consumo de algunos pescados, especialmente los que suelen contener mayores niveles de mercurio, como el atún, el lucio, el pez espada o emperador, el tiburón y el pez panga".

"Estas reglas son válidas para todos los consumidores, aunque especialmente para embarazados, niños, mayores y otros colectivos sensibles", añade.

La OCU recuerda que las recomendaciones de la AESAN incluyen limitar el consumo de las cabezas de crustáceos, pues comer estas partes del marisco de manera habitual puede conducir "a una exposición inaceptable de cadmio".

"Aunque todavía no hay recomendaciones al respecto, se sabe que el cadmio también se deposita en las vísceras de los animales, las algas y las setas silvestres, por lo que es conveniente no abusar de ninguno de estos alimentos", aportan.

Además, recalcan que una dieta sana "requiere de dos raciones diarias de verduras", a pesar de que, en acelgas y espinacas, "es conveniente limitar su consumo a dos raciones semanales".

"Incluso estas cantidades pueden ser excesivas en el caso de embarazadas, recién nacidos y personas con frecuentes desórdenes gástricos", advierten.

Sin embargo, según la OCU, "existen otras verduras y hortalizas que absorben muy poca cantidad de nitratos y pueden consumirse sin preocupaciones, como los tomates, pepinos, zanahorias o calabacines".

"Una manera de evitar los nitratos en la verdura es hervirla y tirar el agua, aunque al hacerlo también tiramos las vitaminas y los minerales", señalan.

LOS METALES Y SUS CONSECUENCIAS EN SALUD

El mercurio llega al pescado a través de su alimentación, de forma que los peces más depredadores --los más grandes-- son los que acumulan mayor cantidad de mercurio en sus tejidos grasos. El pez que llega a nuestro plato lleva también una buena dosis de mercurio.

La toxicidad del mercurio depende de la forma química en la que esté. Los compuestos del mercurio son mas tóxicos que el propio metal. Según la Organización Mundial de la Salud, uno de sus compuestos orgánicos (el metilmercurio) es uno de los 6 químicos más peligrosos.

El mercurio puede inducir efectos tóxicos en algunos órganos y sistemas, como sistema nervioso, riñones, hígado y órganos reproductivos, pero el mayor riesgo es el neurotóxico.

El cadmio es un metal pesado que se encuentra de forma natural en minerales de cinc, cobre o plomo, por lo que es un subproducto inevitable en las actividades mineras relacionadas. Sus aplicaciones industriales y agrícolas aumentan su presencia en el medio ambiente.

El cuerpo humano absorbe poco cadmio. Sin embargo, el problema es que tiende a acumularse en el organismo, especialmente en el hígado y el riñón, y se tarda en eliminarse entre 10 y 30 años. Altos niveles de cadmio en el organismo pueden causar disfunción renal, desmineralización de los huesos y, a largo plazo, cáncer.

En cuanto a los nitratos, son uno de los principales componentes de fertilizantes y abonos. Permiten a las plantas crecer más rápido pero, si se usan en exceso, no son metabolizados y terminan en las verduras, especialmente las de hoja (acelgas y espinacas). Según un análisis de la OCU, casi la mitad de las acelgas que pasaron por el laboratorio superaban los niveles diarios admisibles de nitratos.

Los nitratos en sí no son tóxicos. El problema es que, una vez que los ingerimos, nuestro sistema digestivo transforma el 6 por ciento de estos nitratos en nitritos. Los nitritos pasan a la sangre y reducen el suministro de oxígeno del organismo.

Este trastorno se conoce como cianosis, tiene como síntoma una coloración azulada en la piel y es particularmente peligroso en los niños más pequeños. Combinados con otros aminoácidos de nuestro sistema digestivo, los nitritos se transforman en nitrosaminas, una sustancia con probados efectos cancerígenos.