Bebés tratados con antibióticos tienen más riesgo de padecer asma, según estudio

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EP/REMITIDO
Actualizado: jueves, 27 enero 2011 13:28

MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU, en sus siglas en inglés) aseguran que los niños que toman antibióticos tienen más riesgo de desarrollar asma infantil, hasta un 50 por ciento más que quienes no son tratados con estos fármacos, según un estudio que publica el 'American Journal of Epidemiology'.

Su autora, la investigadora Kari Risnes, realizó esta investigación durante una estancia en la Universidad de Yale, en Estados Unidos, donde "el asma es una enfermedad muy común" y, al mismo tiempo, "hasta uno de cada tres niños reciben antibióticos cuando son bebés", porcentaje similar al del resto de países occidentales.

Para realizar el estudio, la doctora Risnes hizo un seguimiento a 1.400 niños desde su nacimiento hasta que cumplieron seis años. Además, y para evitar que el consumo de estos medicamentos estuviese relacionado con la aparición de los primeros síntomas del asma, excluyeron de esta investigación a los niños que habían sido tratados por algún problema respiratorio.

De este modo, observaron que el riesgo de "los niños de padecer asma a los seis años es un 50 por ciento más alto cuando se les ha dado antibióticos de bebés".

Además, tras analizar otros factores como posibles antecedentes familiares de asma, observaron que la relación entre el consumo de antibióticos y la aparición de esta enfermedad era "particularmente fuerte" en aquellos niños cuyos padres no tenían asma.

Según explica Risnes, "los antibióticos pueden interferir en los beneficios que aporta la flora bacteriana del intestino, que juegan un papel clave en el sistema inmunológico del bebé".

De este modo, cuando las bacterias se ven afectadas, el niño presenta un sistema inmune todavía "inmaduro" que, a su vez, "da lugar a reacciones alérgicas".

Por ello, la investigadora cree que estos resultados deben ser tenidos en cuenta por los médicos y los responsables políticos como una prueba de las consecuencias que puede tener un uso excesivo de antibióticos.