Los niños con diabetes necesitan apoyo psicológico

 Campaña Diabetes
CICEROCOMUNICACIÓN
Actualizado: miércoles, 8 junio 2016 16:57

   MADRID, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -

   El presidente de la Asociación de Diabéticos de Madrid, Juan Manuel Moreno, ha reivindicado el apoyo psicológico a los niños que han sido diagnosticados de diabetes, y también a sus padres, como parte "esencial" en el tratamiento integral de la enfermedad ya que, tal y como ha asegurado, cuando se detecta las primeras reacciones que aparecen en su familia son el miedo, la rabia, incertidumbre y tristeza.

   Por ello, ha asegurado que necesitan, y de hecho demandan, la figura de un psicólogo para afrontar la nueva situación. Este es uno de los principales motivos que ha hecho que la Asociación Diabéticos de Madrid, junto a Salud Madrid y Novo Nordisk, lancen la campaña 'Mi hij@, la diabetes y yo'.

   Fruto de esta iniciativa es la puesta en marcha de charlas de psicología en los diferentes hospitales madrileños realizadas por las psicólogas Olga Sanz y Gema José Moreno. De momento, ya se han impartido en el Hospital Universitario de Torrejón y la Fundación Jiménez Díaz y en el Hospital Niño Jesús. Los próximos meses habrá también en el Hospital Infanta Leonor y el Hospital 12 de Octubre.

   "Tenemos el compromiso con las personas con diabetes de mejorar su calidad de vida, lo que implica no sólo seguir trabajando en nuevos tratamientos sino también en ayudarles a afrontar la diabetes y a encajarla en su vida. Por estas razones creemos que hay que poner en valor el apoyo psicológico a los pacientes con diabetes, puesto que como enfermedad crónica supone un gran impacto emocional y afectivo", ha explicado la directora de Relaciones Institucionales de Novo Nordisk, Marta Carrera.

   Y es que, la repercusión psicosocial de esta enfermedad también se constata con los resultados del estudio 'DAWN2' en España, que muestra que el 50 por ciento de las personas con diabetes se sienten estresados por su convivencia diaria con la diabetes, un 13,9 por ciento está en riesgo de depresión y un 45,5 por ciento de los familiares dice sentir el mismo estrés. "En consecuencia, y más si cabe en el caso de los niños debido a su vulnerabilidad, el apoyo psicológico es de vital importancia para disminuir miedos, aceptar la enfermedad dentro de la familia y hacer frente a la diabetes de forma positiva", ha recalcado Moreno.

IMPACTO EMOCIONAL Y AFECTIVO

   De hecho, el apoyo psicológico mejora la adherencia al tratamiento y la aceptación de la misma por parte del niño y sus padres. "Tras el diagnóstico, los padres suelen encontrarse en estado de shock hasta que van asimilando la nueva situación. Después, los padres expresan diversas preocupaciones. Nos encontramos ante el diagnóstico de una enfermedad crónica, es decir, el hijo pasa de ser un niño sano a no serlo, a requerir una atención médica especializada, con unos cuidados específicos y que requieren de un aprendizaje por parte de todo su entorno, así como un cambio de hábitos en la mayoría de las familias", han explicado las psicólogas.

   Por otro lado, hay que tener en cuenta que en los niños el efecto psicológico que produce el diagnóstico es distinto según la edad, por lo que las expertas han destacado la importancia de que los padres sepan qué pueden esperar y qué pueden hacer para el cuidado de su hijo según los años.

   "Sea cual sea la edad del diagnóstico en el niño, el objetivo de los padres siempre será el mismo, hacer de ellos unas personas independientes que sepan manejarse por sí mismas con o sin diabetes. Y para poder conseguirlo es clave el apoyo psicológico ya que ayuda a reducir el estrés que conlleva el día a día con la diabetes, a solucionar problemas, aminorar las presiones sociales o a llevar una vida normalizada", han recalcado.

   No obstante, este apoyo psicológico debe ir acompañado de una educación diabetológica. En este sentido, la educadora en diabetes del Hospital Niño Jesús, Graciela Porres, ha recordado que la diabetes es "muy dinámica, tiene temporadas muy buenas y otras no tanto", lo que hace que los padres tengan "muchos cambios anímicos", razón por la que el trabajo educativo debe complementarse con la ayuda psicológica.