La microflora intestinal de los bebés de un año es distinta a la de adultos

Una Madre Con Su Bebé
GENERALITAT VALENCIANA
Actualizado: lunes, 6 julio 2015 14:57

VALENCIA, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio) y el Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la Universitat de València (UV) han descubierto que la composición de la microflora intestinal de los bebés al año de vida es distinta a la de los adultos.

Así lo han determinado al realizar un estudio sobre el desarrollo de la comunidad bacteriana intestinal en bebés de cero a un año cuyos resultados, publicados en la revista 'PLoS Genetics', han demostrado que durante los primeros 12 meses de vida del bebé se suceden numerosos cambios en la comunidad bacteriana intestinal.

Y, en contra de la teoría tradicional, se ha descubierto que la composición microbiota de los bebés al año de vida es diferente a la de un adulto, según ha informado la Generalitat en un comunicado.

La investigadora del área de Genómica y Salud de Fisabio-Salud Pública María Pilar Francino ha explicado que, "pese a que ya se han producido cambios importantes, al año todavía hay diferencias con la madre", porque "aún faltan meses, y probablemente, años para que la microbiota del bebé se iguale a la del adulto".

Para realizar el estudio se han examinado 87 muestras fecales de 13 bebés que han sido recogidas a la semana de vida, al mes, a los tres meses, a los siete meses y al año, para posteriormente ser procesadas por pirosecuenciación metagenómica.

La doctora Francino ha comentado que la infancia es un "momento esencial" para la formación de la microbiota, ya que los primeros colonizadores pueden tener "consecuencias cruciales" para el futuro desarrollo de la comunidad bacteriana. Asimismo, ha añadido que "hasta ahora no se había explorado la funcionalidad de la microbiota intestinal en los bebés y es importante entender cómo se produce el proceso de colonización del intestino en la infancia para luego entender la aparición de ciertas enfermedades en el futuro".

LOS SÓLIDOS "REVOLUCIONAN" LA COLONIZACIÓN BACTERIANA

Según el estudio, la introducción de los alimentos sólidos entre el tercer y el séptimo mes implica una revolución en la colonización bacteriana de los bebés, porque "con la introducción de la alimentación sólida, la composición bacteriana varía y se adapta a la nueva situación que supone el aumento de la nueva diversidad de nutrientes", ha aclarado la investigadora.

También ha señalado que esos cambios le van a permitir al bebé extraer toda la energía de la comida, por lo que en ese punto se realiza "un cambio gradual en la microbiota, que va adquiriendo una dirección clara hacia la de un adulto".

De este modo, el estudio ha demostrado que "con la introducción de los sólidos, la riqueza de las especies no aumenta, sino que disminuye en principio, porque algunas de las especies menos abundantes y que estaban adaptadas a las presencia de la leche materna, desaparecen".

En cambio, "las comunidades más abundantes, como las de Bifidobacterium disminuyen, pero no llegan a desparecer por completo", aunque "más adelante aparecerán nuevas especies", ha precisado la doctora Francino, miembro de la Escuela de Ciencias Naturales de la Universidad de California en Merced.

TRANSFERENCIA DE BACTERIAS DE LA MADRE AL BEBÉ

El estudio ha revelado que se producen "diversos cambios en la microbiota intestinal de la madre en los días anteriores al nacimiento y posteriormente al año". Esta variación "es importante desde el punto de vista de que los cambios en la microbiota de la madre también afectan a las bacterias que transmite al bebe".

Este descubrimiento ha sido posible debido a que en la investigación han participado las 13 madres de los bebés, de edades comprendidas entre 29 y 42 años. Las madres tenían que alimentar a sus bebés con leche materna los tres primeros meses y no podían haber tomado antibióticos en el último trimestre.

Asimismo, se han encontrado microorganismos en el meconio, en el liquido amniótico y en el cordón umbilical, por lo que "está claro que hay transferencia de bacterias de la madre al hijo, incluso en el útero, donde la barrera de esterilidad no es completa, y por supuesto también durante el parto vaginal y a través de la leche materna, que no es estéril como se pensaba".

También se ha averiguado que el porcentaje de bacterias que están presentes en el bebé y al mismo tiempo también en la madre, "varía mucho de un bebe a otro". En este sentido, "no se trata de un proceso idéntico en todos los bebés, hay muchas diferencias que con el tiempo van disminuyendo". Por ello, la composición de la microbiota en los bebés de una semana de vida "es muy diferente comparándola entre ellos mismos, pero según crecen hay más similitudes tanto a nivel de funcionalidad como de taxonomía", ha concluido la científica.