3 maneras de prevenir la degeneración macular asociada a la edad (pérdida de vista)

Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)
Degeneración macular asociada a la edad (DMAE) - GETTY - Archivo
Publicado: martes, 17 diciembre 2019 8:29

   MADRID, 17 Dic. (EDIZIONES) -

   Con la edad todos perdemos vista. Por ello, cualquier cosa que hagamos a la hora de prevenir esta pérdida siempre será bienvenida. Hay una enfermedad, la Degeneración Macular Asociada con la Edad (DMAE) que representa la primera causa de ceguera en los mayores de 50 años en los países industrializados.

   Se trata de una enfermedad degenerativa que afecta a la mácula o zona central de la retina, responsable de la agudeza visual, de la visión del detalle. Se produce cuando la mácula se daña. Esto hace perder la visión central. No se pueden ver los detalles finos, ni de cerca ni de lejos. Sin embargo, la visión periférica (lateral) funciona normalmente. Por ejemplo, imagínese que está mirando un reloj con manecillas. Si tiene DMAE, quizá pueda ver los números del reloj, pero no las manecillas, explica la Academia Americana de Oftalmología (AAO, por sus siglas en inglés) en este sentido.

   La doctora Alba C. Coronado Toural, jefe de Sección de Retina y directora Médica Adjunta de la Clínica Rementeria de Madrid precisa que la DMAE afecta en España, aproximadamente, a un 1,7% de la población (más de 800.000 personas), llegando a un 13% en mayores de 65 años y cerca de un 30% por encima de los 75 años.

   En concreto, la experta cita que existen dos tipos de presentación clínica de la DMAE: La forma seca o atrófica, que es la más frecuente y de evolución más lenta; y en segundo lugar, la forma húmeda o exudativa, que representa menos del 20% de todos los casos, pero de progresión más rápida e invalidante. En un mismo paciente pueden coexistir ambas formas y pasar de una a otra, precisa.

   Según la AAO, tienen mayores probabilidades de sufrir DMAE, si se consume una dieta alta en grasas saturadas (que se encuentran en alimentos como la carne, la mantequilla y el queso); si se tiene sobrepeso; si se es fumador; si tiene más de 50 años; si tiene hipertensión; si tiene antecedentes familiares de DMAE. Tener una enfermedad cardíaca también es un factor de riesgo para padecer DMAE, además de tener niveles altos de colesterol. Los caucásicos (personas blancas) también tienen un mayor riesgo de desarrollar DMAE, añade.

   En este sentido, la doctora Coronado menciona que la DMAE es una enfermedad multifactorial, en la que la edad es el principal factor de riesgo, ya que no suele aparecer antes de los 50-60 años, y su incidencia aumenta con el paso del tiempo.

   Epidemiológicamente, es más prevalente en individuos de raza blanca respecto a otras razas más pigmentadas y aparece con más frecuencia en mujeres frente a los hombres, llegándose a duplicar la cifra en algunos estudios, remarca la responsable de Clínica Rementeria.

   Pero, al envejecimiento, hay que añadir una predisposición genética, ya que se estima que entre un 25 y 50% de los casos la DMAE son hereditarios, y la probabilidad de padecerla aumenta entre 3 y 6 veces si hay un familiar de primer grado afectado por la enfermedad.

   Finalmente, advierte de que también hay que tener en cuenta factores ambientales que influyen en las posibilidades de desarrollar DMAE: Exposición directa y prolongada a la radiación solar; enfermedades cardiovasculares o hipertensión arterial; obesidad, sedentarismo y malos hábitos alimentarios (las dietas ricas en grasas puede acelerar el proceso); fumar es el principal factor de riesgo evitable ya que aumenta hasta 5 veces el riesgo de padecer DMAE.

CÓMO EVOLUCIONA LA ENFERMEDAD

En cuanto al tratamiento, la oftalmóloga señala que la evolución natural de la enfermedad conduce a la pérdida de la visión central, de la visión de detalle y de la capacidad de lectura pero, salvo complicaciones muy poco frecuentes como la hemorragia subretiniana masiva o el desprendimiento de retina, la DMAE se circunscribe a la mácula y el resto de la retina permanecerá indemne, lo que permite a los pacientes conservar una visión periférica y un alto grado de autonomía.

   Para la forma seca, hoy por hoy y desafortunadamente, la doctora Coronado lamenta que no se dispone de ningún tratamiento que sea capaz de reponer las células que se van atrofiando, aunque existen distintas líneas de investigación, tanto en el trasplante de células de epitelio pigmentario de la retina y de células madre pluripitenciales, como diferentes ensayos clínicos con fármacos para evitar la progresión de la atrofia.

   En la forma húmeda, la aparición de los tratamientos con antiangiogénicos ha permitido frenar la pérdida visual hasta en un 80% de los pacientes, según resalta la especialista de Clínica Rementeria. Además, señala que existen diversos fármacos en el mercado y muchos más en investigación, que administrados de forma intravítrea, mediante inyecciones intraoculares repetidas, ofrecen excelentes resultados.

   A la hora de prevenir esta enfermedad, la doctora avisa de que, en gran parte, la DMAE no se puede evitar ni prevenir porque está ligada al proceso del envejecimiento y a la genética, factores que no podemos modificar.

No obstante, sí subraya que están en nuestra mano algunas tareas de prevención:

   - Realizar revisiones oftalmológicas periódicas a partir de los 50 años para detectar precozmente la enfermedad, puesto que al principio puede no ser sintomática.

   - Tener en cuenta los antecedentes familiares e incluso realizarse test de predisposición genética que nos informarán del riesgo particular de cada persona a padecer la enfermedad

   - Modificar nuestros hábitos de vida incidiendo en los factores de riesgo ambiental: protegerse del sol, evitar el tabaco y el sedentarismo, mantener una dieta equilibrada y rica en ácidos grasos omega 3 y antioxidantes.