Investigan el uso de nanopartículas para detener hemorragias internas

Erin Lavik, Ph.D.
ERIN LAVIK, PH.D.
Actualizado: martes, 23 agosto 2016 5:26

Las nanopartículas de que puede salvar vidas algún día

MADRID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -

Tras un trauma o una herida abierta, el tiempo que se tardar en reducir el sangrado es en ocasiones, dependiendo de la gravedad de la lesión, fundamental para salvar la vida. Por este motivo, investigadores estadounidenses están investigando el uso de nanopartículas para aumentar la velocidad de la coagulación sanguínea.

Actualmente existen muchos métodos para controlar las hemorragias externas, pero en este momento, sólo la cirugía puede detener la pérdida de sangre dentro del cuerpo de las lesiones en los órganos internos.

Por el momento, han desarrollado nanopartículas que han demostrado ser eficaces en el laboratorio, en tubos de ensayo e 'in vivo', ya que se congregan allí donde se produce una lesión en el cuerpo para ayudar a formar coágulos de sangre y reducir su pérdida.

"Cuando se tiene una hemorragia interna no controlada es cuando estas partículas podrían realmente marcar una diferencia", ha señalado Erin B. Lavik, profesora del Instituto de Tecnología de Massachusetts, quien afirma que, "en comparación con lesiones que no son tratados con las nanopartículas, podemos reducir el tiempo de sangrado por la mitad y reducir la pérdida de sangre total".

"El trauma sigue siendo una causa de muerte de niños y adultos jóvenes, y los médicos tienen pocas opciones para el tratamiento de hemorragias internas", ha añadido la experta, quien han presentado este estudio en la reunión 252ª Nacional y Exposición de la Sociedad Americana de Química (ACS), que se celebra estos días en Philadelphia.

Para hacer frente a esta gran necesidad, el equipo de Lavik ha desarrollado una nanopartícula que actúa como un puente, consiguiendo unir a las plaquetas activadas entre sí para formar coágulos. Para ello, la nanopartícula actúa como una molécula que se adhiere a una glicoproteína que se encuentra sólo en las plaquetas activadas.

Los estudios iniciales sugieren que las nanopartículas, incorporadas por vía intravenosa en roedores, ayudaron a controlar los sangrados inducidos en lesiones cerebrales y de la médula, y consiguieron aumentar su supervivencia. Sin embargo, la doctora reconoce que la clave será saber si estas nanopartículas serán seguras para los seres humanos.

"Un paso será evaluar si es seguro en humanos, que probaron la respuesta inmune hacia las partículas en la sangre de cerdo. Si un tratamiento desencadena una respuesta inmune, indicaría que el cuerpo está montando una defensa contra la nanopartícula y que los efectos secundarios son probables.

ESPERAN QUE ANTES DE 10 YA TENGA UTILIDAD CLÍNICA

Lavik tiene la esperanza de que puedan desarrollar un producto de utilidad clínica en los próximos cinco a 10 años. Sin embargo, por ahora las pruebas en otros modelos de ensayo, como la sangre de cerdo, no parecen demostrar la seguridad en el ser humano.

El equipo añadió sus nanopartículas de sangre de cerdo, donde observó un aumento de un indicador clave en la activación inmune. La respuesta no era la esperada por lo que los investigadores se dispusieron a diseñar en torno al problema.

"Hicimos una batería de partículas con diferentes cargas para ver cuáles no tenían ese efecto inmuno-respuesta", explica Lavik. "Los mejores tenían una carga neutra", pero estas nanopartículas neutras desarrollaban otros problemas.

Lavik también ha desarrollado nanopartículas que son estables a temperaturas altas, de hasta 50 grados Celsius (122 grados Fahrenheit). Esto permitiría que las partículas se puedan almacenar en una ambulancia sin refrigeración o que se mantengan estable en campo de batalla.

En futuros estudios, los investigadores probarán si las nuevas partículas activan el sistema de complemento de la sangre humana. Lavik también planea identificar estudios adicionales críticos para la seguridad que pueden realizar para que la investigación siga hacia adelante. Por ejemplo, el equipo tiene que estar seguro de que las nanopartículas no causan una coagulación no específica, lo que podría conducir a un derrame cerebral posterior.