Investigadores lamentan falta de estudios sobre los efectos en la salud de vertidos petroleros

Pozo de petróleo
WIKIMEDIA
Actualizado: miércoles, 26 octubre 2016 12:48

CERDANYOLA DEL VALLÈS (BARCELONA), 26 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un proyecto impulsado por Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), la Facultad de Veterinaria y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGGlobal) ha criticado la falta de estudios sobre los efectos de los vertidos petroleros en la salud de las personas que viven cerca.

Los investigadores han cifrado que 638 millones de habitantes de países en vías de desarrollo viven cerca de estos puntos sin conocer las consecuencias exactas, aún sabiendo que la contaminación por petróleo se extiende a miles de kilómetros de ríos, sedimentos y tierras, dando lugar a una cadena de contaminación bioacumulable de metales pesados, según ha informado la UAB en un comunicado.

A la conclusión se ha llegado gracias al proyecto científico que el ICTA-UAB está llevando a cabo, desde hace diez años, en la Amazonia peruana, próxima a la frontera con Ecuador, donde los científicos han detectado 1.100 kilómetros de ríos afectados y los estudios cartográficos realizados han establecido que se han vertido el equivalente a 2,6 millones de barriles de petróleo.

En este sentido, el gobierno de Perú declaró en 2003 este área como emergencia ambiental y de emergencia sanitaria en 2013, pero aun no existen registros locales de mortalidad y tampoco se han tomado medidas reparadoras ni sanciones, por esta razón se ha instado a promover políticas de control efectivas para evitar la contaminación y de salud pública.

Asimismo se ha criticado que la mayoría de estudios existentes se han centrado en analizar los efectos nocivos en los trabajadores, pero no en las poblaciones residentes de la zona, remarcando que mantienen contacto dérmico con los ríos y las tierras durante un periodo de tiempo más largo que los empleados, exponiéndose a problemas de salud neurológicos, hematológicos, síntomas irritativos y la quema de gas natural favorece la inhalación de compuestos orgánicos volátiles, dióxido de nitrógeno y de azufre, entre otros.