Investigadores españoles descubren un compuesto químico que predispone al feto a tener sobrepeso durante la infancia

Actualizado: viernes, 8 abril 2011 21:29

MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un equipo del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona aseguran que la exposición de las embarazadas al dicloro-difenil-dicloroetileno (DDE), compuesto químico presente en un pesticida ya prohibido, puede estar asociado con un mayor riesgo de padecer obesidad durante la infancia.

En el estudio, cuyos resultados publica en su último número la revista 'Environmental Health Perspectives', se ha observado también que el bebé aumenta de peso rápidamente durante los primeros seis meses de vida.

Según explica la investigadora principal del estudio, Michelle Méndez, en declaraciones a la agencia SINC, recogidas por Europa Press, este químico está clasificado como 'disruptor endocrino', siendo "capaz de alterar el equilibrio hormonal de los organismos, y cambiar la actividad de las hormonas que regulan el almacenamiento de grasa en las células adiposas".

Méndez y su equipo realizaron un seguimiento a 657 mujeres residentes en Sabadell (Barcelona) durante los primeros dos meses de embarazo. Asimismo, realizaron también un control de los bebés hasta que cumplieron los dos años.

De este modo, apunta Méndez, observaron que "los que tenían un patrón de crecimiento rápido tenían cinco veces más riego de tener sobrepeso a los 14 meses".

Aunque los bebés con un crecimiento rápido pesaban cerca de 300 gramos menos que el resto al nacer, a los seis meses contaban con un peso más elevado que la media (891 gramos superior).

Los altos niveles de DDE en las madres provocaron que sus bebés tuvieran el doble riesgo de padecer un crecimiento acelerado durante los primeros seis meses de vida, así como de tener un IMC alto a los 14 meses.

El DDE está presente en el medio ambiente, sobre todo cerca de zonas donde alguna vez en el pasado se aplicó el pesticida dicloro difenil tricloroetano (DDT). Aunque su uso está prohibido desde 1977 en España y limitado en muchos países, su degradación es muy lenta y continúa presente en el ambiente. Además, también se acumula en algunos alimentos como carnes, pescados y verduras de raíz o de hoja.

Por ello, los investigadores creen necesario realizar más estudios sobre la exposición prenatal a esta clase de compuesto y sobre el riesgo de desarrollar obesidad de los bebés para saber si estas asociaciones son causales.

En el caso de los niños con obesidad, Méndez confía en que "la modificación en el contenido de grasa en la dieta o el aumento de la actividad física sean algunos de los comportamientos que puedan ayudar a reducir su peso", según señala, reconociendo que "todavía se debe evaluar el papel que podrían desempeñar factores como la dieta postnatal".