Este es el impacto de la COVID-19 en el corazón

Coronavirus, COVID-19 en un electrocardiograma.
Coronavirus, COVID-19 en un electrocardiograma. - D-KEINE/GETTY - Archivo
Actualizado: jueves, 29 octubre 2020 8:14

   MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Un nuevo estudio de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai de Nueva York ha identificado diferentes tipos de daño estructural cardíaco que experimentan los pacientes con COVID-19 después de una lesión cardíaca que podrían estar asociados a afecciones mortales que incluyen ataque cardíaco, embolia pulmonar, insuficiencia cardíaca y miocarditis. Estas anomalías están relacionadas con un mayor riesgo de muerte en pacientes hospitalizados.

   Los hallazgos, publicados en el 'Journal of the American College of Cardiology', ofrecen nuevos conocimientos que pueden ayudar a los médicos a comprender mejor el mecanismo de la lesión cardíaca, lo que lleva a una identificación más rápida de los pacientes en riesgo y orientación sobre terapias futuras.

   "La detección temprana de anomalías estructurales puede dictar tratamientos más apropiados, incluida la anticoagulación y otros enfoques para pacientes hospitalizados y poshospitalarios", explica el doctor Valentín Fuster, director de Mount Sinai Heart y médico en jefe de The Mount Sinai Hospital.

   El estudio retrospectivo internacional amplía la investigación anterior del Mount Sinai que muestra que la lesión miocárdica (daño cardíaco) es frecuente entre los pacientes hospitalizados con COVID-19 y se asocia con un mayor riesgo de mortalidad. Ese estudio se centró en los niveles de troponina de los pacientes, proteínas que se liberan cuando el músculo cardíaco se daña, y sus resultados (niveles más altos de troponina significan un mayor daño cardíaco).

Este nuevo trabajo analizó la presencia de elevaciones de troponina cardíaca en combinación con la presencia de anomalías ecocardiográficas, y encontró que la combinación se asoció con peor pronóstico y mortalidad que las elevaciones de troponina solas.

   "Este es uno de los primeros estudios que proporciona datos ecocardiográficos y electrocardiográficos detallados en pacientes hospitalizados con COVID-19 y evidencia de laboratorio de lesión miocárdica --explica el primer y correspondiente autor Gennaro Giustino, MD, Cardiology Fellow en The Mount Sinai Hospital--. Encontramos que entre los pacientes con COVID-19 que se sometieron a una ecocardiografía transtorácica, estas anomalías estructurales cardíacas eran diversas y estaban presentes en casi dos tercios de los pacientes".

   Los investigadores analizaron ecocardiografías transtorácicas (TTE) y electrocardiográficas (ECG) de 305 pacientes adultos con COVID-19 positivo confirmado ingresados en cuatro hospitales de la ciudad de Nueva York dentro del Sistema de Salud Mount Sinai, el Elmhurst Hospital y dos hospitales de Milán (Italia) entre marzo y mayo de 2020.

   La edad promedio fue de 63 años y el 67,2 por ciento eran hombres. De ellos, 190 pacientes (62,6 por ciento) tenían evidencia de lesión miocárdica; 118 tenían daño cardíaco en el momento de la hospitalización y 72 desarrollaron daño miocárdico durante la hospitalización. Los investigadores encontraron que los pacientes con lesión miocárdica tenían más anomalías electrocardiográficas, biomarcadores inflamatorios más altos.

   Las anomalías fueron diversas, y algunos pacientes presentaron varias. El 26,3 por ciento tenía disfunción del ventrículo derecho (que puede estar asociada con embolia pulmonar e insuficiencia respiratoria grave), el 23,7 por ciento tenía anomalías regionales en el movimiento de la pared del ventrículo izquierdo (que pueden estar asociadas con ataques cardíacos), el 18,4 por ciento tenía disfunción difusa del ventrículo izquierdo (que puede ser asociado con insuficiencia cardíaca / miocarditis), el 13,2 por ciento tenía disfunción diastólica de grado II o III (una condición que conduce a cámaras cardíacas más rígidas), y el 7,2 por ciento tenía derrames pericárdicos (líquido extra alrededor del corazón que causa un bombeo anormal del corazón).

El estudio pasó a analizar la mortalidad hospitalaria y la elevación de troponina. Muestra que la elevación de la troponina fue del 5,2 por ciento entre los pacientes que no tenían lesión cardíaca, en comparación con el 18,6 por ciento de los pacientes con lesión miocárdica pero sin anomalías ecocardiográficas y el 31,7 por ciento de los pacientes con lesión miocárdica que también tenían anomalías ecocardiográficas.

   Los investigadores se ajustaron a otras complicaciones importantes del COVID-19, incluido el shock, el síndrome de dificultad respiratoria aguda y la insuficiencia renal.

   "Nuestro estudio muestra que un ecocardiograma realizado con las consideraciones de protección personal adecuadas es una herramienta útil e importante en la identificación temprana de pacientes con mayor riesgo de lesión cardíaca relacionada con COVID-19, que pueden beneficiarse de un enfoque terapéutico más agresivo al principio de su hospitalización", dice el autor correspondiente Martin Goldman, profesores de Cardiología en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai.

   "Además, debido a que se trata de una enfermedad nueva con síntomas persistentes, planeamos seguir de cerca a estos pacientes mediante imágenes para evaluar la evolución y, con suerte, la resolución de estos problemas cardíacos", añade.

   "Los ecocardiogramas han demostrado ser de incalculable valor para proporcionar información crítica sobre pacientes que presentan múltiples problemas cardíacos. La ecocardiografía es la única modalidad de imagen que se puede llevar a la cabecera de la cama y usarse de manera segura para los pacientes, incluidos los que usan respiradores --dice Lori Croft, profesora asociada de Cardiología en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai y directora del Laboratorio de Ecocardiografía en el Mount Sinai Hospital--. Nuestros hallazgos ayudarán a guiar la atención de los pacientes con Covid-19 durante un momento crítico".