El cartílago se regenera en corredores de larga distancia

Correr
FLICKR/JOHN STEVEN FERNANDEZ
Actualizado: martes, 1 diciembre 2015 9:16

   MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Una investigación de corredores de 4.500 kilómetros revela que, a excepción de la articulación de la rótula, casi todos los segmentos de cartílago de rodilla, tobillo y articulaciones posteriores del pie mostraron una degradación significativa dentro de los primeros entre 1.500 y 2.500 kilómetros de la carrera. Pero, el cartílago del pie y el tobillo se regeneró a lo largo de la carrera.

   Mediante el uso de un camión móvil con tecnología para tomar imágenes de resonancia manética (MRI, por sus siglas en inglés), los investigadores siguieron a corredores de 4.500 kilómetros a través de Europa para estudiar los límites físicos y la adaptación de los atletas en un periodo de 64 días y sus hallazgos se presentan este lunes en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de América del Norte (RSNA, por sus siglas en inglés).

   "El hecho de que correr durante larga distancia aporta estrés al cuerpo ha sido bien documentado", explica Uwe Schütz, radiólogo y especialista en ortopedia y cirugía de trauma en el Departamento de Radiología Diagnóstica e Intervencionista en el Hospital de la Universidad de Ulm en Alemania. "Nuestra investigación proporciona información detallada sobre cómo cambian los diversos sistemas de órganos y se adaptan en respuesta al estrés", agrega.

   La 'Trans Europe Foot Race' (TEFR) tuvo lugar del 19 de abril al 21 de junio de 2009 e implicaba correr 4.487 km que comenzaban en el sur de Italia y terminaban en el Cabo Norte en Noruega sin ningún día de descanso. Cuarenta y cuatro de los corredores (66 por ciento) aceptaron participar en el estudio.

   La herramienta más importante del equipo de investigación fue un escáner 1.5 Tesla MRI montado en una unidad móvil, el único de su tipo en Europa en ese momento. Se escaneó a cada participante cada tres o cuatro días, obteniendo entre 15 y 17 exámenes de MRI en el transcurso de la carrera. Los corredores también fueron asignados aleatoriamente para realizarse exámenes adicionales y se crearon protocolos para análisis diarios de orina, sangre y otras pruebas.

   Los resultados mostraron que con excepción a la articulación de rótula, casi todos los segmentos de cartílago de rodilla, tobillo y pie posterior mostró una degradación significativa hasta los 2.500 kilómetros de la carrera. "Curiosamente, más pruebas indicaron que el cartílago del tobillo y el pie tiene la capacidad de regenerarse en el curso de la carrera de resistencia", subraya Schütz.

   "La capacidad del cartílago para recuperarse ante la presencia de impactos de carga no se ha demostrado previamente en humanos. En general, no hemos encontrado ningún límite de distancia en las carreras del cartílago articular humano en las extremidades inferiores", añade. Investigaciones de resonancia magnética de los tejidos blandos y los huesos de los pies de los ultra-corredores mostraron un aumento significativo del diámetro del tendón de Aquiles.

   "No hemos visto daños relevantes a los huesos o tejidos blandos de los 44 corredores --subraya Schütz--. El pie humano está hecho para correr". Los investigadores también observaron cómo correr un ultra-maratón afecta al volumen del cerebro: al comparar a participantes de la carrera y controles antes de la carrera no se vieron diferencias significativas en el volumen de materia gris, pero tras el mega-maratón, se detectó una pérdida de volumen de materia gris del 6,1 por ciento en los corredores, que volvió a los niveles normales tras ocho meses.

   Aunque el hallazgo de la pérdida de volumen de la materia gris mientras se corre es asombrosa, Schütz cree que no es motivo de alarma. "A pesar de los cambios sustanciales en la composición del cerebro durante el estrés catabólico de un ultra-maratón, vimos que las diferencias son reversibles y adaptables -tranquiliza--. No hay una lesión cerebral permanente en atletas entrenados que participan en ultra-maratones".