¿En qué se parecen un 'hípster' y un pigmeo cuando oyen música?

Hípster. Moderno. Chico escuchando música. Leer. Leyendo
Foto: JOEL BEDFORD/FLICKR
Actualizado: jueves, 8 enero 2015 13:23

MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -

   Un 'hípster' y un pigmeo reaccionan igual ante ciertos aspectos de la música, según ha mostrado una investigación realizada por expertos de la Universidad Técnica de Berlín (Alemania) y de la Universidad de Montreal (Canadá).

   En concreto, los científicos han estudiado cómo afectan ciertas piezas musicales a una tribu aislada de pigmeos Mbenzélé, que habita en la selva congoleña, sin electricidad y sin acceso a radio o televisión, y a un grupo de 'modernos' del centro de Montreal.

   Según los resultados, publicados en la revista 'Frontiers in Psychology' y recogidos por la plataforma Sinc, los dos grupos mostraron sensaciones distintas ante las piezas musicales de ambos tipos, pero la respuesta subjetiva y fisiológica de animación o calma provocada por toda la música fue la misma.

   El equipo llegó a esta conclusión tras reproducir 19 piezas musicales cortas (11 occidentales y ocho pigmeas), de entre 30 y 90 segundos, ante un grupo de 40 pigmeos del Congo y 40 canadienses de Montreal. Además, debido a que todos los pigmeos Mbenzélé cantan regularmente con fines ceremoniales, los canadienses seleccionados para el estudio fueron todos músicos aficionados o profesionales.

   La música occidental elegida estaba pensada para producir una gama de emociones que iban de la calma a la animación, la felicidad, la ansiedad o la tristeza. Se incluyó música orquestal y extractos de tres películas populares: 'Psycho', 'Star Wars', y 'La lista de Schindler'.

   Los cortes musicales pigmeos eran piezas vocales polifónicas que son bastante optimistas y tienden a llevarse a cabo en contextos ceremoniales para calmar la ira, expresar consuelo tras una muerte, desear buena fortuna antes de una expedición de caza, o incluso a apaciguar a un niño que llora, señalan los autores.

USO DE EMOTICONOS

   Asimismo, los investigadores utilizaron los emoticonos con caras sonrientes o con el ceño fruncido para que la gente expresara si la música les hacía sentir bien o mal. También pidieron a los participantes que valoraran si la música les hizo sentir tranquilos (emoticono con ojos cerrados) o animado (con los ojos abiertos).

   A medida que los participantes escuchaban la música, se tomaron varias mediciones, tales como el ritmo cardiaco, la respiración, y la cantidad de sudor en las palmas de las manos para dar a los científicos una visión más completa de las respuestas.

   Así, los científicos comprobaron que los oyentes de estos dos grupos tan diferentes se sintieron animados y calmados por las piezas musicales de una manera muy similar. Un aspecto que, a su juicio, se puede deber a ciertos aspectos de "bajo nivel" de la música como, por ejemplo, el tempo, el tono y el timbre.

   Ahora bien, los canadienses describieron sentir una gama mucho más amplia de emociones al escuchar la música occidental que la descrita por los pigmeos, tanto con la música occidental como con la suya propia.