¿Por qué heredamos el riesgo de algunas enfermedades?

Actualizado: viernes, 9 octubre 2015 8:15

   MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Si una persona tiene diabetes, cáncer o problemas cardiacos, tal vez debería echarle la culpa a la conducta de su padre, al medio ambiente o incluso a su abuelo. Expertos de la Universidad McGill, en Canadá, y colaboradores piensan que han encontrado ahora una parte clave de un rompecabezas molecular al descubrir que las proteínas conocidas como histonas, que han llamado relativamente poco la atención hasta ahora, pueden desempeñar un papel crucial en el proceso de herencia de enfermedades.

   En los últimos años, los científicos han mostrado que, antes incluso de que se conciba la descendencia, las experiencias de la vida de un padre con respecto a la comida, el uso de drogas, la exposición a productos tóxicos y el estrés pueden afectar al desarrollo y la salud no sólo de su hijo, sino también de sus nietos. Pero, a pesar de una década de trabajo en este área, los investigadores no han sido capaces de entender mucho sobre cómo se produce esta transmisión de recuerdos medioambientales sobre diversas generaciones.

   Los científicos de este nuevo trabajo creen que sus hallazgos, que se describen en un artículo publicado en la revista 'Science', tienen el potencial de cambiar profundamente la comprensión de cómo los humanos heredan las patologías. Los investigadores muestran que hay algo aparte del ADN que juega un papel importante en la herencia en general y podría determinar si los hijos y nietos de un padre serán saludables o no.

   En el pasado, la mayor parte de la investigación en esta área, conocida como epigenética, se ha centrado en un proceso que implica el ADN y ciertas moléculas (llamadas grupos metilo) que se unen al ADN y actúan un poco como un regulador de intensidad, activando o desactivando la expresión de genes específicos.

   Los científicos tenían curiosidad sobre si las histonas pueden jugar un papel en la transmisión de la información hereditaria de padres a hijos, ya que forman parte del contenido de los espermatozoides transmitido en la fertilización. Las histonas son distintas del ADN, aunque se combinan con él durante la formación de células, actuando un poco como una bobina alrededor del cual se enrolla el ADN.

   Así que, para probar su teoría acerca del posible papel de las histonas en la orientación del desarrollo del embrión, los investigadores crearon ratones en los que se alteró ligeramente la información bioquímica en las histonas durante la formación de células de esperma y luego se midieron los resultados, analizando después los efectos sobre la descendencia.

   Lo que descubrieron fue que había consecuencias nefastas para la descendencia, tanto en términos de desarrollo como de supervivencia. Por otra parte, resulta sorprendente que estos efectos todavía se podían ver dos generaciones más tarde.

   "Cuando vimos una disminución de la supervivencia a través de generaciones y anomalías del desarrollo, nos quedamos muy impresionados, ya que nunca pensamos que la alteración de algo fuera del ADN, es decir, una proteína, podría estar involucrada en la herencia", resalta la coautora Sarah Kimmins, del Departamento de Ciencia Animal de McGill y presidenta de Investigación en Epigenética, Reproducción y Desarrollo de Canadá.

   Kimmins añade: "Estos resultados son notables, ya que indican que más información que la del ADN está involucrada en la heredabilidad. El estudio pone de relieve el papel fundamental que desempeñan los padres en la salud de sus hijos e incluso nietos. Como las modificaciones químicas de las histonas son susceptibles a las exposiciones ambientales, el trabajo abre nuevas vías de investigación para la posible prevención y el tratamiento de enfermedades de diversa índole que afectan a la salud a través de generaciones".