La genética puede determinar consumo de alcohol

Actualizado: miércoles, 18 marzo 2015 10:29

MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Un estudio de los efectos moderadores del nivel socioeconómico (SES, por sus siglas en inglés) en las influencias genéticas y ambientales en el consumo de alcohol ha encontrado que los efectos genéticos sobre la cantidad de consumo de alcohol son mayores en entornos de desventaja socioeconómica. Los resultados se publicarán en la edición digital de abril de 'Alcoholism: Clinical & Experimental Research' y están disponibles actualmente en la visión temprana.

  "Los investigadores han tenido un éxito limitado hasta el momento a la hora de identificar los factores genéticos y ambientales que afectan al consumo de alcohol", afirma Nayla Hamdi, estudiante de doctorado en la Universidad de Minnesota, Estados Unidos. "La investigación ha sugerido que el tamaño de los efectos genéticos y ambientales sobre el consumo de alcohol varía por factores contextuales, por ejemplo, si las personas viven en un entorno urbano o rural", añade.

   "Investigaciones anteriores se han centrado en si SES se asocia con el promedio de consumo de alcohol y se ha demostrado que la relación depende de la etapa de desarrollo, como la adolescencia frente a la edad adulta, y el índice de alcohol, como cantidad, frecuencia y problemas", agrega Matt McGue, profesor en el Departamento de Psicología de la Universidad de Minnesota. "El estudio actual es relativamente único, ya que se centra en las diferencias individuales en la bebida en lugar de los niveles promedio de consumo de alcohol", detalla.

   "Dos trabajos previos encontraron que los efectos genéticos y/o ambientales sobre el consumo de alcohol varían según el nivel de educación", señala Hamdi. "El nuestro es el primero en examinar si los ingresos regulan los efectos genéticos y ambientales en el consumo de alcohol. Nuestro estudio también es el primero en examinar estos efectos de interacción en una muestra de adultos de 25 a 74 años", subraya.

   Hamdi y sus colegas utilizaron datos de la Encuesta de Desarrollo de la Mediana Edad en Estados Unidos de la Fundación MacArthur, realizada durante 1995-1996 para examinar la salud física, el bienestar psicológico y la responsabilidad social a lo largo de la mediana edad, con una nueva valoración de los participantes durante el periodo 2004-2006.

   Este estudio se centró en una muestra de 672 parejas de gemelos, con edades entre 25 y 74 años, compuesta por 350 pares monocigóticos (MZ) y 322 dicigóticos (DZ). Se emplearon entrevistas telefónicas y cuestionarios para examinar si SES, medido por el ingreso familiar y el nivel educativo, controla las influencias genéticas y ambientales en tres indicadores de consumo de alcohol: cantidad, frecuencia y consumo problemático.

   "Nuestro hallazgo clave del estudio es que los efectos genéticos y ambientales sobre la cantidad de consumo de alcohol no son constantes en todos los individuos de la población -afirma Hamdipero-, en cambio, pueden variar según el contexto socioeconómico".

   "La variación de la cantidad consumida fue sustancialmente mayor en el grupo SES más bajo que en el grupo SES más alto --concreta McGue--, pero la cantidad de bebida media fue mayormente no correlacionado con SES. Esto indica que hay una mayor heterogeneidad en los patrones de consumo para las personas con menor SES en comparación con SES alto. Por ejemplo, parece probable que el grupo de bajo SES incluye bebedores 'light' o abstemios y bebedores más pesados que el grupo de alto SES".

   "Encontramos que las diferencias genéticas entre los individuos explican más variación en la cantidad de consumo de alcohol en los entornos de bajos SES en comparación con ambientes de alto SES", resume Hamdi. "Los científicos a menudo interpretan que este tipo de investigación indica que los factores de estrés asociados a ambientes de bajo SES desencadenan vulnerabilidades genéticas para el consumo de alcohol", apostilla.

   "Por el contrario, para el grupo de alto SES --continúa McGue--, las influencias genéticas sobre la cantidad de bebida eran más pequeñas y las influencias ambientales compartidas fueron más fuertes en comparación con el grupo de bajo SES. Este patrón me parece coherente con el grupo de alto SES que es expuesto a factores culturales, aproximadamente equiparado a la influencia del medio ambiente compartido, que fomenta el beber, pero sólo con moderación. Quizás las normas que rodean el consumo de alcohol son más uniformes en un contexto de SES alto en comparación con el bajo SES".