Fotofobia y baja visión son los principales síntomas de la anidiria. ¿Se pueden corregir?

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Actualizado: martes, 26 febrero 2019 14:31

MADRID, 26 Feb. (EUROPA PRESS) -

La fotofobia y baja visión son los principales síntomas de la anidiria, según ha explicado la doctora María Capote, responsable de la Unidad de Retina y Vitreo de Cliniláser Oftalmología.

Los pacientes que la sufren presentan problemas de visión, ya que no pueden controlar la cantidad de luz que entra en el globo ocular. "El iris actúa como el diafragma de una cámara de fotos, controlando la cantidad de luz que llega a la retina. Los músculos que hacen esta función no existen o no están desarrollados, por lo que el paciente tiene una gran sensibilidad a la luz, lo que puede llegar a dificultarle el desarrollo de actividades del día a día", ha explicado la doctora Capote.

La aniridia es una patología crónica poco frecuente que se caracteriza por la ausencia del iris y cuyo origen se encuentra en una mutación del gen PAX6, cromosoma 11. Este defecto congénito afecta a uno de cada 100.000 niños nacidos en nuestro país.

Esta enfermedad puede desembocar en otras patologías que conllevan una reducción de la visión como cataratas, glaucoma, alteraciones corneales, subluxación del cristalino nistagmus, estrabismo y ojo seco entre otros.

El implante de iris artificial se convierte en una opción cuando los pacientes no han tolerado el uso de lentillas o no han mejorado su sintomatología. Estos implantes están hechos de silicona flexible y biocompatible. Durante su proceso de colocación se realizan microincisiones en la córnea y se insertan en el saco capsular. Es una microcirugía ocular que evita hemorragia, inflamación y mantiene la tensión ocular.

Cuando la falta de iris no es total se realizan microcirugías para reconstruir el iris y la pupila o se colocan implantes anulares para conseguir un iris completo.

"Nuestro objetivo como oftalmólogos es preservar el mayor tiempo posible la visión de estos pacientes. Lo hacemos tratando las patologías asociadas a esta enfermedad que merman de forma considerable su visión y calidad de vida. Para ello es imprescindible un seguimiento exhaustivo y periódico tanto por parte del oftalmólogo como del pediatra", ha asegurado la experta.