La falta de higiene eleva el riesgo de sufrir cáncer de pene, que en un 90% de los casos se da en pacientes con fimosis

Actualizado: viernes, 12 junio 2009 14:22

VALENCIA, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -

La falta de higiene incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de pene, enfermedad que en el 90 por ciento de los casos se da en pacientes con fimosis, en los que precisamente resulta más complicado el aseo en esta zona, según han señalado varios expertos en el 34º Congreso Nacional de la Asociación Española de Urología (AEU), que se celebra hasta el próximo 15 de junio en Feria Valencia con la presencia de más de un millar de especialistas.

A pesar de estos datos, en las culturas en las que se circuncida a los niños nada más nacer, como los judíos y los árabes, la incidencia del tumor es mínima. En los países desarrollados, como es el caso de España, este tumor apenas alcanza el 3 por ciento de los varones frente a zonas más desfavorecidas del planeta con escasa higiene en las que el cáncer del pene llega hasta el 20 por ciento de la población masculina.

Por ello, el doctor Bernardino Miñana, coordinador del Grupo de Urología Oncológica de la AEU, consideró recomendable la circuncisión en pacientes con fimosis tanto por motivos funcionales como para prevenir este tumor si se realiza en recién nacidos ya que en los varones que conserven el prepucio, el riesgo parece incrementarse debido a la irritación crónica producida por la retención de una sustancia denominada esmegma, que suele acumularse en el espacio balanoprepucial, entre el prepucio y l glande. "De ahí que sea imprescindible el aseo diario y adecuado es esta zona", recalcó.

Además, destacó que al tratarse de un órgano externo es "más fácil" detectar a simple vista cualquier anomalía lo que favorece un diagnóstico precoz en el caso de que haya un tumor. POr lo que general, esta enfermedad suele producir un crecimiento anormal o una lesión enrojecida permanente en el peno. Los expertos recomiendan acudir al urólogo si aparecen llagas, heridas o enrojecimiento del glande para determinar si se trata de un tumor o de problemas menos grave. Así, la mayoría de los diagnóstico del cáncer se dan en varones de más de 55-60 años, pero "todavía nos encontramos con tumores diseminados en persones de edad avanzada que, por miedo o vergüenza, no consultaron ante los primeros signos".

En ese sentido, explico que en la mayoría de las veces se diagnostica cuando el tumor se encuentra en la superficie del glande o del prepucio y que en estos casos la prioridad terapéutica es cura el cáncer "intentado conservar la función del pene". Pero si está en fase poco avanzada el objetivo es curar la lesión siendo necesario extirpar también la zona que rodea el tumor para evitar que se vuelva a desarrollar, mientras que en un tumor más avanzado se extirpa parte del pene con márgenes adecuados intentando mantener la máxima longitud posible.

Por último aunque más infrecuente, si el tumor se infiltra en más profundidad o en estructuras vecinas se requiere una penectomía total o emesculación (ablación total de todos los elementos genitales masculinos, es decir, tanto del pene como de los testículos).