9 factores de riesgo que si se controlan se pueden prevenir 3 millones de casos de Alzheimer en el mundo

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Publicado: jueves, 19 septiembre 2019 11:28

   MADRID, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Controlar la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, la depresión, la inactividad cognitiva, la hipoacusia y el aislamiento social podrían potencialmente prevenir entre 1 y 3 millones de casos de Alzheimer en el mundo, según ha informado la Sociedad Española de Neurología (SEN) con motivo de la celebración, el próximo 21 de septiembre, del Día Mundial de la enfermedad.

   "Se estima que la mitad de los casos de la enfermedad de Alzheimer se puede atribuir a nueve factores de riesgo potencialmente modificables: diabetes mellitus, hipertensión arterial en edad media de la vida, obesidad en edad media de la vida, tabaquismo, inactividad física, depresión, inactividad cognitiva o bajo nivel educativo, la hipoacusia y el aislamiento social. Por lo que una reducción de entre un 10 y un 25 por ciento en dichos factores de riesgo podrían potencialmente prevenir entre 1 y 3 millones de casos de Alzheimer en el mundo", ha sido el coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN, Juan Fortea.

   Y es que, el Alzheimer, que afecta en España a unas 800.000 personas, es no es solo la principal causa de demencia en todo el mundo, sino también la enfermedad que mayor discapacidad genera en personas mayores en España y, por lo tanto, con uno de los mayores gastos sociales. Y es que, se calcula que el coste medio de un paciente con Alzheimer oscila entre 17.100 y 28.200 euros por paciente y año, llegando hasta los 41.700 euros en los casos graves.

   En este sentido, y teniendo en cuenta todos los niveles de gravedad, la SEN ha estimado que el coste total en España del tratamiento del Alzheimer, en pacientes mayores de 65 años, es de unos 10.000 millones de euros anuales, lo que viene a representar el 1,5 por ciento del producto interior bruto (PIB).

   En 2015 había alrededor de 47 millones de personas con demencia en el mundo y, de acuerdo con las proyecciones de población, si la prevalencia de demencia actual se mantiene constante, en el año 2050 habrá alrededor de 130 millones de personas. En España, entre un 3 y un 4 por ciento de la población de entre 75 y 79 años está diagnosticada de Alzheimer, unas cifras que aumentan hasta el 34 por ciento en mayores de 85 años.

EL 80% DE LOS CASOS LEVES ESTÁ SIN DIAGNOSTICAR

   No obstante, se estima que el 80 por ciento de los casos de Alzheimer que aún son leves están sin diagnosticar y que entre el 30 y el 40 por ciento de los casos totales también lo estarían. Una situación que impide que se puedan instaurar "precozmente" tratamientos farmacológicos y no farmacológicos que ralentizan el deterioro cognitivo y controlan los trastornos conductuales, ya que existen fármacos que consiguen mantener durante un tiempo el estado neuropsicológico y funcional del paciente.

   En todo caso, tal y como ha insistido Fortea, debido a que los fármacos disponibles actualmente para la enfermedad de Alzheimer sólo consiguen enlentecer la progresión de los síntomas, y no se disponen en el momento actual de fármacos modificadores de la enfermedad eficaces para reducir su gravedad y restaurar la función cognitiva, la intervención sobre los factores de riesgo modificables de la enfermedad constituye en el momento actual una de las alternativas más eficaces para la prevención activa de la misma y la reducción de su incidencia.

   Por otra parte, y pese a los importantes avances que se han producido en los últimos años, ha recordado que la etiopatogenia de la enfermedad de Alzheimer sigue sin estar del todo aclarada. Y es que, menos del 1 por ciento de los casos son genéricamente determinados, lo que significa que el 99 por ciento de los casos de enfermedad de Alzheimer son casos esporádicos en los que la enfermedad se origina por una interacción entre una predisposición genética y factores ambientales como nuestro estilo de vida.

   "Por lo tanto, no solo urge impulsar planes de prevención primaria, principalmente con un mayor control de los factores de riesgo vascular y un estilo de vida más saludable en general, sino también invertir en lograr un mayor conocimiento de la fisiopatología de esta enfermedad que facilitaría el desarrollo de fármacos más eficaces", ha zanjado Fortea.

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