La exposición prolongada a bajas dosis de radiación puede aumentar el riesgo de hipertensión

Hipertensión, tensiómetro
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Publicado: lunes, 6 mayo 2019 18:18

MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -

La exposición prolongada a dosis bajas de radiación ionizante puede aumentar el riesgo de hipertensión, según un estudio de trabajadores de una planta nuclear en Rusia publicado en la revista 'Hypertension de la American Heart Association'.

El trabajo ha incluído a más de 22.000 trabajadores, quienes fueron contratados entre 1948 y 1982, con un tiempo medio de trabajo de 18 años. La mitad había trabajado allí durante más de 10 años y todos los trabajadores se sometieron a chequeos médicos completos y pruebas de detección al menos una vez al año con evaluaciones avanzadas cada cinco años.

Los investigadores evaluaron los registros de salud de los trabajadores hasta 2013. A más de 8.400 trabajadores se les diagnosticó hipertensión, observándose que la incidencia de hipertensión se asoció significativamente con la dosis acumulada.

Asimismo, la incidencia de hipertensión entre los trabajadores en el estudio fue mayor que entre los sobrevivientes japoneses de la bomba atómica al final de la Segunda Guerra Mundial, pero menor que el riesgo estimado para los trabajadores de limpieza después del accidente nuclear de Chernobyl .

Las diferencias pueden explicarse por las variaciones en la exposición entre los tres grupos, según los investigadores. Y es que, tras el bombardeo atómico, los japoneses experimentaron una única exposición a altas dosis de radiación, los trabajadores de Chernobyl estuvieron expuestos a la radiación durante un corto período de tiempo (días y meses), mientras que los trabajadores de Mayak estuvieron expuestos crónicamente a bajas dosis de radiación durante muchos años.

Ahora bien, los autores han reconocido que su estudio es retrospectivo, y aunque se han documentado muchas afecciones y comportamientos de salud en los registros médicos de los trabajadores (como la edad, el tabaquismo, el consumo de alcohol y el índice de masa corporal), otros factores, como el estrés y la nutrición, no estaban disponibles para que los investigadores los tuvieran en cuenta.