Expertos recomiendan el uso de gafas protectoras en verano para tomar el sol y no dañar la córnea

Actualizado: miércoles, 2 agosto 2006 15:00

MADRID, 2 Ago. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de expertos de la Universidad CEU San Pablo de Madrid destacó hoy la importancia de usar gafas protectoras para tomar el sol en verano, ya que la córnea puede verse dañada al ser "300 veces más sensible que la piel", según informó la universidad en un comunicado.

En este sentido, los profesores de la Facultad de Farmacia, Sara Bueno y David Baeza, recordaron que si no se tiene un cuidado especial en verano y se utiliza una protección visual incorrecta la vista puede verse perjudicada de por vida.

Asimismo, recordaron que aunque la piel tiene la capacidad de protegerse produciendo melanina, la córnea y el cristalino son igual de sensibles al principio y al final del verano, por lo que las lentes que se deben utilizar tanto en verano como en primavera, deben ser "de categoría 3 y 4".

En estas fechas, conviene extremar al máximo todo tipo de precauciones que tomemos, ya que la radiación ultravioleta B es "retenida por nuestros medios oculares", principalmente la córnea, y va reduciendo su transparencia". Además, los profesores Bueno y Baeza coincidieron en señalar que la franja horaria más lesiva para nuestra piel y nuestros ojos es "el medio día solar" ya que es cuando hay más radiación ultravioleta B.

Lo mismo ocurre con la radiación ultravioleta A, que hasta aproximadamente 360 nanómetros es retenida por la córnea y el cristalino con las mismas consecuencias, por lo que cuanta más radiación reciban nuestros ojos, "menos transparentes irán siendo nuestra córnea y cristalino a lo largo de la vida".

Del mismo modo, el uso de unas gafas inadecuadas permitiría que esta radiación próxima al visible (360-400 nanómetros) llegue a la retina y produzca radicales libres, pudiendo dañarla a medio y largo plazo. El mismo efecto produciría la parte azul del visible ya que es su parte más oxidante, por lo que hay que tener cuidado con esto, ya que en nuestra retina tenemos un número de fotorreceptores limitado sin que se regeneren.