Experto dice que el asma grave no controlada es la principal fuente de gasto económico de esta enfermedad para el SNS

Actualizado: lunes, 6 octubre 2014 21:33

MADRID, 8 May. (EUROPA PRESS) -

El alergólogo del Hospital de Vall d'Hebron de Barcelona, Moisés Labrador, ha avisado de que los pacientes con asma grave no controlada son la "principal fuente" de gasto económico relativa a esta enfermedad en el Sistema Nacional de Salud (SNS).

El experto se ha pronunciado así en una jornada formativa sobre asma dirigida a farmacéutico hospitalarios y organizada por la Sociedad Catalana de Farmacia Clínica (SCFC), el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona (COFB), con la colaboración de Novartis.

El objetivo del curso ha sido actualizar los conocimientos de la patología, así como revisar las guías terapéuticas para conseguir un mejor control del paciente asmático y analizar aspectos de efectividad y coste-efectividad.

"El farmacéutico de hospital es el responsable de la dispensación del fármaco y del seguimiento farmacoterapéutico del paciente, por lo que tiene que estar formado y tener conocimiento tanto de las patologías como de los efectos de los medicamentos de uso hospitalario, para mejorar, así, la atención del paciente dentro del equipo asistencial del hospital", ha comentado uno de los coordinadores del programa y vocal de hospitales del COFB, Tomás Casasín.

En España, el asma afecta a cerca del 11 por ciento de los niños entre 6 y 7 años, a un 9 por ciento de los adolescentes entre 13 y 14 años y alrededor de un 5 por ciento de la población adulta. Además, el 5 por ciento de los pacientes asmáticos padecen asma grave no controlada.

"Aproximadamente, la mitad de los pacientes con asma grave no están totalmente controlados", ha comentado Labrador, para recordar que el paciente con asma grave y mal controlada presenta generalmente una importante limitación en las actividades de su vida cotidiana, así como frecuentes agudizaciones que le impiden desarrollarlas con normalidad.

Por este motivo, prosigue, tanto para los profesionales sanitarios como para los pacientes la principal preocupación a la que nos enfrentamos es tener la enfermedad bajo control, es decir, que tengan el menor número posible de exacerbaciones, evitar los ingresos y las consultas a urgencias.