Experto alerta del aumento de enfermedades por pérdida de microbiota intestinal

Rueda alimentación
EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 14 julio 2016 15:31

SANTANDER, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -

El investigador del Institut de Recerca del Hospital Vall D'Hebron, Francisco Guarner, ha alertado este jueves en Santander del aumento de enfermedades como alergias, las colitis ulcerosas o las enfermedades metabólicas en las sociedades más desarrolladas debido a la pérdida de la microbiota o microorganismos del sistema digestivo, "fundamentalmente en el colon".

Así, ha precisado que actualmente se ve que ha habido un descenso desde los 600.000 genes no humanos de la microbiota hasta una cifra en torno a los 400.000, por una "alimentación pobre en vegetales" y un consumo "excesivo" de antibióticos, por lo que se está perdiendo "riqueza genética".

En una rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con motivo de la 'XVII Escuela de Nutrición 'Francisco Grande Covián'. De la genómica nutricional a la nutrición personalizada', Guarner ha advertido de las consecuencias para la salud de este fenómeno, ya que esta microbiota "ayuda en el procesado de los alimentos" o en la "recuperación de antioxidantes".

De esta forma, ha avisado de que esta pérdida "tiene importancia" porque aparece en personas con hígado graso e "incluso en niños", en enfermos de diabetes tipo 2 y dolencias intestinales. "Habitualmente, esta pérdida de diversidad es porque perdemos los genes que degradaban los alimentos más complejos y queda empobrecida", ha explicado, al tiempo que ha detallado que lo que aumenta es el número de genes que "degradan proteínas, grasas o bilis".

Por ello, ha apuntado que los investigadores piensan que como "el equilibrio con la naturaleza depende del metagenoma y no solo del genoma, se está alterando y las enfermedades que eran raras se están convirtiendo en comunes". "Estamos buscando respuestas", ha apostillado, al tiempo que ha advertido que las sociedades más avanzadas están pasando a una dieta "que nos alimenta más fácilmente", pero "dejando de lado productos vegetales o más difíciles de absorber".

"MALA PRENSA" DE LOS PRODUCTOS LÁCTEOS

Por su parte, el catedrático de Nutrición y Bromatología, Jordi Salas, ha defendido que el consumo "sistemático" de lácteos fermentados, "especialmente" el yogur, se asocia con "un menor riesgo de diabetes --dolencia que provoca un "mayor riesgo cardiovascular"--, diabetes, obesidad o enfermedades cardiovasculares".

Asimismo, ha mencionado los beneficios que "incluso" tienen los lácteos con grasas, "ya que hay muchas evidencias de que algunos ácidos grasos saturados son protectores de la diabetes". "No hay suficiente evidencia como para recomendar que se tomen lácteos con grasa, no hay ninguna evidencia que favorezca esta opinión", ha zanjado.

Por este motivo, ha criticado la "mala prensa" que tienen los productos lácteos en algunos sectores de la población debido a que "hay una creencia que es totalmente irracional" sobre los perjuicios de la leche.

"Se han dicho muchas cosas que no están demostradas, lo que ha provocado que mucha gente deje de tomar lácteos por la mala prensa", ha lamentado Salas, quien ha reivindicado que la leche "es un alimento que es muy completo", pese a lo que ha aclarado la leche se puede sustituir "sin ningún problema" por productos de origen vegetal, como la soja.

"DIFICULTADES" PARA QUE LOS NIÑOS CONSUMAN FRUTAS

Por su parte, el catedrático de Metodología de Investigación y co-director de la Escuela, Luis Moreno, se ha referido a la importancia de la alimentación de los bebés durante los primeros 1.000 días de su vida y a las "dificultades" para que la población infantil consuma frutas o verduras.

Por eso, ha calificado de "importante" ofrece a los niños los alimentos "repetidamente" ocasiones "y no perder la paciencia demasiado pronto", así como establecer una alimentación "adecuada", para lo que defiende el consumo de "leche materna, que se adapta a las necesidades que tiene el bebé en las primeras semanas de vida".

Asimismo, sobre el consumo de productos con aceites vegetales, ha asegurado que no hay alimentos que por sí mismos sean malos, sino que depende de cuánto se consuman, al tiempo que ha explicado que en la obesidad infantil influyen tanto factores alimenticios como las calorías y el "gasto energético", en alusión a la actividad física.

En este sentido, ha comentado que los cambios producidos en las sociedades occidentales ha llevado a que los niños "sean cada vez más sedentarios", por lo que aboga por modificar los estilos de vida para que "sean más favorables".