Espinosa subraya que la dieta mediterránea es un patrimonio cultural que hermana a España e Italia

Actualizado: martes, 26 mayo 2009 18:29

MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -

La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, subrayó que la dieta mediterránea es una parte sustancial del patrimonio cultural que hermana a España e Italia.

Así lo afirmó durante su intervención en el Senado de Italia con motivo de la jornada que se celebró en sede parlamentaria en defensa de la candidatura de la dieta mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que los dos países han presentando ante la Unesco junto a Grecia y Marruecos.

Los cuatro países presentaron formalmente la candidatura ante la Unesco el 29 de septiembre del 2008. El Comité de la Unesco para la Convención del Patrimonio Cultural Inmaterial realizará la votación definitiva el 29 de septiembre de este año.

Según explicó Espinosa, la dieta mediterránea, además de un inventario de alimentos, supone una forma de cocinarlos, de compartirlos, de definir un paisaje, de generar cultura, arte, historia y tradiciones y, fundamentalmente, una forma de entender la vida.

"Es un patrimonio milenario que une a los pueblos mediterráneos, pero que también los diferencia y enriquece a través de las singularidades de cada pueblo y de cada territorio", añadió.

La ministra destacó que el cereal, el olivar y la vid son la 'trilogía mediterránea' a la que los dos países destinan gran parte de su superficie agraria útil y argumentó el peso específico que tienen estas producciones en la economía, así como sus beneficiosos efectos sobre la salud y su trascendencia desde el punto de vista de una ordenación y progreso sostenible de los territorios.

Sin embargo, y pese a sus reconocidos beneficios, Espinosa señaló el alejamiento social que se está produciendo de este modelo alimentario mediterráneo como consecuencia de los cambios sociológicos y demográficos que están experimentando ambas sociedades, y el consecuente aumento de enfermedades vinculadas a malos hábitos alimentarios.

Este deterioro del consumo de dieta mediterránea, según la ministra, puede llevar aparejados además otros graves problemas como la disminución de las producciones, el abandono de los territorios rurales y la degradación de los paisajes, entre otros.

La ministra subrayó que divulgar la dieta mediterránea bajo el auspicio de la Unesco significaría un impulso importante a su prestigio internacional, tendría una beneficiosa repercusión en cada uno de los productos alimentarios que la conforman, contribuiría a generar riqueza y un desarrollo socio-económico sostenible en los ámbitos rurales y permitiría ofrecer al mundo alimentos de calidad.

En este sentido, animó a promover las producciones locales, a intensificar las acciones de armonización de criterios en materia de seguridad y calidad alimentaria, a reforzar los vínculos a lo largo de la cadena de comercialización y a incrementar la confianza en el espacio común de mercado de los países mediterráneos.