La esperanza de vida en la UE pisa en freno

Mano, mayor, parkinson
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Publicado: jueves, 22 noviembre 2018 14:08

En el informe también se exige que se mejore la salud mental y se prevengan las enfermedades mentales

MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -

Hasta hace poco, la esperanza de vida iba aumentando rápidamente y de forma constante en todos los países de la UE. Sin embargo, a partir 2011, el aumento de la esperanza de vida se ha desacelerado considerablemente, según un informe publicado este jueves conjuntamente por la Comisión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El informe Health at a Glance: Europe, correspondiente a 2018, muestra que, en este sentido, persisten grandes disparidades en la esperanza de vida no solamente por sexos, sino también en función de la situación socioeconómica, siendo principalmente un problema para las personas con un nivel educativo bajo.

Por ejemplo, en toda la UE, la esperanza media de vida de los hombres de treinta años de edad con un nivel educativo bajo es unos ocho años menor que la de aquellos con un título universitario.

"Aunque la esperanza de vida en la UE es una de las más altas del mundo, no deberíamos dormirnos en los laureles. Podrían salvarse muchas vidas redoblando nuestros esfuerzos por promover estilos de vida saludables y por luchar contra factores de riesgo como el tabaco o la falta de actividad física", ha declarado Vytenis Andriukaitis, comisario de Salud y Seguridad Alimentaria.

En su opinión, "es inaceptable que cada año en la UE fallezcan prematuramente más de 1,2 millones de personas cuando esto podría evitarse mejorando la prevención de las enfermedades y la eficacia de las intervenciones en materia de asistencia sanitaria".

Hasta hace poco, la esperanza de vida estaba aumentando de forma bastante rápida y constante en los países de la UE, hasta dos años y medio por década en promedio. Sin embargo, desde 2011, las ganancias en la esperanza de vida se han ralentizado notablemente, particularmente en algunos países de Europa occidental, con menos de medio año ganado entre 2011 y 2016. Esto se ha producido en países como Francia, Alemania, los Países Bajos y el Reino Unido.

Además, la esperanza de vida en realidad disminuyó en 8 países de la UE en 2012 y en 19 países en 2015, incluso en Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido, especialmente entre las personas de más de 75.

Concretamente, la esperanza de vida al nacer alcanza los 81 años, siendo España e Italia los que mayor esperanza de vida entre los países de la UE, ya que supera los 83 años. No obstante, la expectativa al nacer supera los 80 años en dos tercios de los países de la UE, pero aún permanece en 75 años en Bulgaria, Letonia, Lituania y Rumania.

En todo el mundo, las mujeres viven más tiempo que los hombres, aunque la brecha se ha reducido en un año. La brecha de género es particularmente grande en Letonia y Lituania, donde las mujeres viven 10 años más que los hombres; también es bastante grande en Bulgaria y Rumanía.

En cuanto a los factores de riesgo, entre los hombres se fundamenta sobre todo al tabaco y al consumo excesivo de alcohol y le seguiría una dieta poco saludable. Las mayores tasas de mortalidad son por problemas del corazón y diversos tipos de cáncer.

SALUD MENTAL: MÁS DE 84.000 FALLECIDOS

En el informe también se exige que se mejore la salud mental y se prevengan las enfermedades mentales, que no solo tienen consecuencias sociales, sino que también cuestan más del 4 por ciento del PIB en toda la UE, según las estimaciones.

En 2015, más de 84 000 personas fallecieron por las consecuencias de problemas de salud mental en Europa. Se calcula que los costes totales derivados de los problemas de salud mental ascienden a más de 600 000 millones de euros al año.

Asimismo, en el informe se pide que se aborden los factores de riesgo, como el tabaquismo, el alcohol y la obesidad, y que se reduzca la mortalidad prematura, se garantice el acceso universal a la asistencia y se refuerce la resiliencia de los sistemas de salud.

Según las últimas estimaciones de IHME, más de una de cada seis personas en los países de la UE (17,3%) tenía un problema de salud mental en 2016, siendo la ansiedad el trastorno mental más común en los países de la UE, se estima que 25 millones de personas (o el 5,4% de la población) viven con trastornos de ansiedad; le siguen los trastornos depresivos, que afectan a más de 21 millones de personas (o el 4,5% de la población), unos 11 millones de personas (2,4%) tienen un trastorno por abuso de drogas y alcohol.

Las enfermedades mentales graves como los trastornos bipolares afectan a casi 5 millones personas (1% de la población), mientras que los trastornos esquizofrénicos afectan a 1,5 millones de personas (0,3%).

Por país, la prevalencia estimada de trastornos de salud mental es más alta en Finlandia, Países Bajos, Francia e Irlanda (con tasas del 18,5% o más de la población con al menos un trastorno), y la más baja en Rumania, Bulgaria y Polonia (con tasas de menos del 15% de la población).

Los altos datos en algunos países pude deberse, según señala el informe, a que se trata de países con mayor conciencia y menos estigma asociado con los trastornos mentales como enfermedad, así como un acceso más fácil a los servicios de salud mental, que ayuda a un mejor y mayor diagnóstico.

Varias enfermedades mentales son más comunes entre las mujeres, es el caso de la ansiedad, los trastornos depresivos y trastornos bipolares. Algunas de estas brechas de género pueden ser debido a una mayor propensión de las mujeres a reportar estos problemas. Sin embargo, una excepción es el trastorno por consumo de drogas y alcohol, que son más de dos veces más probables en los hombres
que en las mujeres.

OTRAS CONCLUSIONES

Por otro lado, los datos de diversos países sugieren que hasta un 20% del gasto sanitario podría reasignarse a un mejor uso. Una combinación de instrumentos políticos podría optimizar el gasto garantizando la rentabilidad, por ejemplo en la selección, la cobertura, la adquisición y el precio de los productos farmacéuticos a través de la evaluación de la tecnología sanitaria.

Además, casi un 40 por ciento de los adolescentes comunicó al menos un episodio de 'borrachera exprés' durante el mes anterior. Pese a que las políticas de control del alcohol han contribuido a reducir en general el consumo en varios países de la UE, el elevado consumo de alcohol entre los adolescentes y los adultos sigue constituyendo un importante problema de salud pública.

La probabilidad de que los hogares con ingresos bajos declaren necesidades médicas no satisfechas es cinco veces superior a la de los hogares con ingresos altos.

El informe se basa en análisis comparativos del estado de salud de los ciudadanos de la UE y en los resultados obtenidos de los sistemas sanitarios de los 28 Estados miembros de la UE, 5 países candidatos y 3 países de la AELC. Y en el queda plasmada, con los datos más recientes disponibles, la evolución de los sistemas sanitarios de la UE en términos de eficacia, accesibilidad y resiliencia.

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