¿Por qué empatizamos con extraños?

Empatía, señora mayor, anciana, manos
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Actualizado: martes, 22 diciembre 2015 12:45

   MADRID, 22 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Se puede aprender a empatizar con los extraños. Sorprendentemente, experiencias positivas con personas de otro grupo desencadenan un efecto de aprendizaje en el cerebro, lo que aumenta la empatía, según revelan investigadores de la Universidad de Zurich, en Suiza, quienes señalan que un puñado de experiencias positivas de aprendizaje ya es suficiente para que una persona se vuelva más empática.

Los conflictos entre personas de diferentes nacionalidades y culturas a menudo derivan de una falta de empatía o compasión por 'el extraño', de forma que más empatía por los miembros de otros grupos podría fomentar la coexistencia pacífica. Esta investigación realizada por expertos de la Universidad de Zurich se centró en analizar si la empatía con extraños puede ser aprendida y cómo influyen las experiencias positivas con los demás en las respuestas empáticas del cerebro.

   El psicólogo y neurocientífico Grit Hein se asoció con Philippe Tobler, Jan Engelmann y Marius Vollberg para medir la activación cerebral en los participantes que habían tenido experiencias positivas con un miembro de su propio grupo (miembro de grupo) u otro grupo (miembro fuera del grupo).

   Al comienzo del estudio, el dolor del desconocido provocó una activación cerebral más débil en el participante que si un miembro de su propio grupo se veía afectado, pero sólo un puñado de experiencias positivas con alguien del grupo de desconocidos llevó a un aumento significativo de las respuestas cerebrales empáticas si se infligía dolor a una persona diferente del grupo externo. Cuanto más fuerte era la experiencia positiva con el desconocido, mayor fue el aumento de la empatía neuronal.

   El incremento de la respuesta cerebral empática para el grupo externo es impulsado por una señal de aprendizaje neuronal que se desarrolla a través de experiencias sorprendentemente positivas con un extraño. "Estos resultados revelan que las experiencias positivas con un extraño se transfieren a otros miembros de este grupo y aumentan la empatía por ellos", concluye Hein.