El ejercicio físico en pacientes con dolor reduce su intensidad y mejora la calidad de vida

La doctora Raquel Aibalo durante el congreso de la SED
SOCIEDAD ESPAÑOLA DEL DOLOR
Actualizado: lunes, 28 mayo 2018 14:53

MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) -

Los expertos reunidos en el XV Congreso de la Sociedad Española del Dolor (SED), que acaba de celebrarse en Palma de Mallorca, han coincidido en recomendar el ejercicio físico a pacientes con dolor, ya que "reduce su intensidad y mejora la función física y calidad de vida".

Por ejemplo, la doctora Inmaculada Failde, especializada en Medicina Preventiva y Salud Pública y catedrática de la Universidad de Cádiz, ha resaltado que estos beneficios "están bien demostrados". "Se han demostrado esencialmente en pacientes con enfermedades musculosqueléticas como la artrosis, esencialmente de rodilla y cadera, la lumbalgia y la fibromialgia. En estas condiciones, los beneficios son moderados y solo en algunos estudios sobre artrosis o lumbalgia los efectos son más evidentes especialmente sobre la intensidad del dolor", ha señalado.

Failde ha citado una reciente revisión sistemática de estudios sobre los beneficios del ejercicio físico en distintos procesos causantes de dolor crónico, donde se ha comprobado que no son muchos los trabajos que evalúan sus beneficios a largo plazo (más de 1 año después de que los pacientes sean sometidos a un programa de ejercicio físico durante varias semanas). Por otra parte, ha detallado que, en algunos de ellos, se incluyen grupos heterogéneos de pacientes y de ejercicios, lo que "podría explicar que los beneficios no sean más evidentes en los estudios".

Asimismo, ha señalado que, en relación a los efectos del ejercicio en los pacientes con dolor crónico, existen preguntas que "todavía permanecen sin una respuesta clara", como '¿qué tipo de ejercicio es más beneficioso?', '¿cuál es la duración más adecuada?' y si '¿existe un umbral de ejercicio que mejore el dolor?'. La experta considera que todos estos son temas que "será necesario abordar en un futuro próximo".

A entender de la doctora Failde, todo aquel ejercicio que se realiza con una duración o intensidad excesivas, o sin tener en cuenta las características particulares de cada persona, puede tener consecuencias negativas, incluso en personas sanas. "El ejercicio físico en cualquier caso, y por supuesto en personas que sufren patologías causantes de dolor crónico, debe estar personalizado, ser progresivo, recomendado y supervisado por un profesional cualificado y desarrollado mediante un programa que incluya distintos tipos de ejercicio aeróbico, de fuerza y de elasticidad dependiendo del paciente", ha subrayado.

En esta línea, ha recomendado a los pacientes que "intenten mantenerse activos, que se sometan a la valoración de un profesional cualificado para que recomiende el programa de ejercicio más adecuado para su problema y sus características personales, y que lo cumplan". En general, ha apuntado a los programas de ejercicio combinados (fuerza, elasticidad y aeróbicos) como los más empleados: "Con intensidad progresiva, con periodos de descanso y adaptados a la edad y las circunstancias particulares de cada individuo", ha apuntado.

Finalmente, ha insistido en la necesidad de que se lleven a cabo "estudios rigurosos" que permitan medir la efectividad del ejercicio a largo plazo y "puedan dar respuesta a las preguntas que todavía están sin resolver en este campo, así como en la necesidad de mantenerse activo a cualquier edad".

ACUPUNTURA EN DOLOR CRÓNICO, TAMBIÉN COMO HERRAMIENTA DE DIAGNÓSTICO

El doctor Mike Cummings, director médico de la Sociedad Británica de Acupuntura (BMAS), ha sido otro de los ponentes en este encuentro científico, donde ha recordado que la evidencia "respalda la eficacia de la acupuntura a partir de estudios con grupos de control y con resultados en la práctica clínica".

Cummings ha apuntado que existen "diferencias documentadas" en cuanto a la respuesta a esta estrategia terapéutica en función de las enfermedades. Así, ha afirmado que la efectividad es "particularmente elevada" en pacientes con dolor muscular, mientras que la tasa de respuesta es "más reducida" en casos de dolor neuropático.

Este experto ha destacado la eficacia de las agujas filiformes en la evaluación y el diagnóstico del dolor, "particularmente en medicina musculoesquelética y en el contexto de interacciones viscerosomáticas complejas".

"Incluso la acupuntura denominada Sham (falsa), un procedimiento en el cual se lleva a cabo la inserción de agujas al azar a 2 o 3 centímetros de distancia de los puntos utilizados en el tratamiento real, no puede considerarse un placebo sino una intervención activa ya que muchas veces ofrece mejores resultados que la atención convencional en casos de dolor crónico, muy claramente en lo tocante a calidad de vida", ha resaltado este experto.

MICROBIOTA Y DOLOR

En otra de las sesiones de este encuentro científico, la profesora Raquel Abalo, catedrática de Farmacología de la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid, ha explicado que la inflamación producida por la colonización del tubo digestivo por patógenos puede ocasionar dolor en el mismo (dolor abdominal), que puede ser "muy persistente incluso cuando ya no es evidente la inflamación, por sensibilización de las fibras sensoriales locales, como en el síndrome de intestino irritable postinfeccioso".

"Sin embargo, a veces los microorganismos no son los causantes directos del problema, sino que se aprovechan de la situación, liberando sustancias al torrente circulatorio o provocando un estado inflamatorio sistémico que puede alterar también los mecanismos de percepción y transmisión del dolor a otros niveles", ha indicado.

A veces, ha incidido Abalo, este estado inflamatorio sistémico predispone a que los estímulos relativamente leves ocasionen "dolores intensos, debido a la sensibilización de los sistemas que participan en la percepción y transmisión del dolor".

Según la presentación de la profesora Abalo, en la actualidad se están investigando los mecanismos concretos que permiten mantener un equilibrio de la flora intestinal adecuado, de manera que los patógenos no produzcan enfermedad ni dolor, y prevalezca la acción de las bacterias beneficiosas.

Así, ha apuntado que se trabaja "desde hace tiempo" en el desarrollo de antagonistas de algunos receptores que se localizan en ciertas células y que responden específicamente a patrones moleculares presentes en los microorganismos, como los llamados toll-like receptors (TLR). "Por otra parte, recientemente, se han empleado trasplantes fecales para restituir la flora alterada en pacientes con patologías como obesidad, y ésta puede ser otra vía a probar en los pacientes con dolor", ha añadido.

A su entender, "es mucho lo que todavía falta por saber de este apasionante mundo de la flora intestinal, de cómo afecta y de cómo se puede modular".