El efecto protector de la actividad física contra el cáncer de mama no está vinculado a la densidad del seno

Mamografía
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 14 marzo 2016 7:43

MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un estudio detallado a gran escala de un grupo de investigadores daneses ha encontrado que no hay ninguna relación entre la actividad física y la densidad de la mama. Sus autores señalan que sus hallazgos implican que el efecto protector de la actividad física sobre el cáncer de mama podría ser a través de otros mecanismos distintos de la densidad del seno.

Se sabe que las mujeres cuyos pechos son más densos tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama que aquellas con menor densidad de la mama y la actividad física tienen un efecto protector contra la enfermedad, pero los estudios sobre la relación entre la actividad física y la densidad de la mama han aportado resultados inconsistentes hasta la fecha.

En su intervención en 10ª Conferencia Europea de Cáncer de Mama (EBCC-10) este jueves, la doctora Shadi Azam, investigadora de la Universidad del Sur de Dinamarca, en Esbjerg, Dinamarca, informará de los resultados de un análisis de la actividad física de 5.703 mujeres danesas pre y posmenopáusicas que participaron en el cribado de mama entre 1991 y 2001, y que forman parte del grupo del estudio de 'Danish prospective Diet, Cancer and Health' (DCH, por sus siglas en inglés).

Los investigadores recogieron datos sobre el ocio, el transporte y las actividades físicas relacionadas con la ocupación. Estas actividades fueron clasificadas por el número de horas por semana, y las cantidades oscilaban entre ninguna y hasta dos, cuatro y más de cuatro horas por semana. A continuación, la información sobre las actividades relacionadas con el trabajo se organizaron además en manual sedentaria, de pie y actividad manual pesada.

"Sabemos que la densidad de la mama es uno de los factores de riesgo más importantes para el riesgo de cáncer de mama. Las mujeres con senos de alta densidad --más del 75 por ciento de densidad mamográfica-- presentan mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de unas cuatro a seis veces más que las mujeres con una densidad de la mama de menor que 25 por ciento", explica Azam.

Y continúa: "Esto se debe a que el aumento de la densidad de la mama reduce la sensibilidad de las mamografías y hace que sea mucho más difícil detectar tumores pequeños. También es porque la densidad del seno per se puede conducir a un aumento del riesgo de la mayoría de las anormalidades celulares que conducen al cáncer de mama".

El cribado se llevó a cabo en un hospital en Copenhague y todas las pruebas de detección se evaluaron de forma independiente por dos radiólogos. En el grupo de estudio, la mamografía mostró que el 56,3 por ciento de las mujeres tenía senos densos o mixtos; 47,5 por ciento de ellas participaba en deportes, el 70,1 por ciento andaba en bicicleta, el 52,2 por ciento practicaba la jardinería y el 92,7 por ciento andaba.

"Encontramos inicialmente una asociación significativa entre la participación en el deporte y andar en bicicleta con las posibilidades de tener senos más densos, pero las probabilidades de tener mamas densas se redujeron y no llegamos a un nivel significativo después ajustar por otros factores", resume Azam.

"Además, no se detectó ninguna relación entre caminar y sólo una muy débil para la jardinería después de realizar ajustes. Tampoco hubo ninguna vinculación entre el tiempo dedicado a la actividad física y la densidad de la mama, y esto también puede decirse de la actividad profesional", resalta la principal investigadora de este estudio.

La actividad física es un factor modificable importante en el riesgo de cáncer de mama. "A la luz de nuestros resultados, creemos que ahora otros estudios deben centrarse en otros mecanismos que podrían explicar la asociación entre la actividad física y el riesgo de cáncer de mama", dice Azam.

Estudios recientes han demostrado que no todas las mujeres con mamas densas están en un alto riesgo de cáncer de mama y que la densidad del seno no debe ser el único criterio cuando se mira en la conveniencia de realizar un cribado extra. Algunas mujeres con alta densidad de mama pueden, en cualquier caso, modificar su riesgo de desarrollar cáncer de mama a través de cambios de estilo de vida.

Un alto consumo de frutas y verduras puede reducir el riesgo de cáncer de mama, mientras que el alcohol, el tabaquismo, el alto consumo de carnes rojas y procesadas, dulces y productos lácteos altos en grasa, la falta de actividad física, el aumento de peso, la obesidad (especialmente durante la menopausia) y la terapia de reemplazo hormonal elevan el riesgo y deben evitarse.

"Estaríamos muy interesados en ver nuestra investigación replicada en otro gran grupo de estudio con el fin de proporcionar mayor certeza", señala Azam. "Animamos a todas las mujeres a llevar a cabo los cambios de estilo de vida que pueden reducir su riesgo de cáncer de mama", concluye.

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