El Ébola permanece en monos supervivientes cuando desaparecen los síntomas

Virus del Ébola
XIANKUN ZENG AND WILLIAM DISCHER, U.S. ARMY MEDICA
Actualizado: miércoles, 26 julio 2017 7:16

   MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -

   Científicos del Instituto Militar de Investigación en Enfermedades Infecciosas (USAMRIID, en sus siglas en inglés) han observado que la infección por virus Ébola puede detectarse en monos supervivientes a la enfermedad, incluso aunque ya no presenten síntomas.

   Así se desprende de los resultados de un estudio con monos 'rhesus' que publica esta semana la revista 'Nature Microbiology', que arroja luz sobre cómo el virus resiste en determinadas zonas del organismo y también puede dar pie al desarrollo de nuevos tratamientos contra esta enfermedad en humanos.

   Durante el brote que afectó a varios países de África Occidental entre los años 2013 y 2016 se constató la persistencia del virus en determinadas zonas "inmunológicamente privilegiadas" como el ojo, el cerebro y los testículos.

   Los supervivientes presentaron efectos a largo plazo tales como pérdida de visión y dolores de cabeza o de las articulaciones, incluso después de que desaparecieran los síntomas. Y también se demostró que el virus persiste en el semen y puede transmitirse a través de las relaciones sexuales. Sin embargo, hasta ahora se sabía poco sobre los mecanismos por los que el virus llega a estas zonas.

   Para comenzar a responder a esas preguntas, un equipo del USAMRIID liderado por Xiankun Zeng analizaron tejidos archivados de monos 'rhesus' que habían sido previamente infectados con virus Ébola para probar vacunas y tratamientos experimentales.

   "En los animales que mostraron un curso agudo o corto de la enfermedad, ésta se replicó principalmente en los vasos sanguíneos", explicó Zeng, mientras que "en aquellos con una progresión más larga y supervivientes el virus se extendió a los tejidos circundantes mediante sitios inmunológicos privilegiados".

DIFERENCIAS EN FUNCIÓN DE LAS COMPLICACIONES

   El equipo de USAMRIID fue capaz de demostrar la replicación persistente del virus hacia el ojo, cerebro y testículos de animales que sobrevivieron a la enfermedad y ya no tenían síntomas, y los diferenciaron en dos grupos en función de si habían sufrido complicaciones o la infección solo fue tratado con terapias de soporte.

   En el ojo, el virus se encontró en los macrófagos que contienen la proteína CD68 en su superficie, que podría ser donde el virus "se esconde", según los autores. Y también vieron que el virus Ébola persiste en el cerebro al romper la barrera hematoencefálica y causar inflamación.

   "Este estudio establece las bases para el desarrollo de modelos animales de infección por virus Ébola persistente en seres humanos", comentó Zeng, tras observar que el virus actúa igual que en los monos y constatar que hay supervivientes con infección latente aunque el virus no sea detectable en sangre, lo que "hace mucho más difícil contener su propagación".

   Además, los autores creen que el estudio demuestra que de otra manera terapéutica experimental prometedora no se puede eliminar por completo el virus, lo que apunta a un enfoque diferente para desarrollar medidas eficaces frente a la enfermedad.