Dormir poco aumenta el riesgo de resfriados

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Foto: GETTY//POJOSLAW
Actualizado: jueves, 5 noviembre 2015 10:54

   MADRID, 1 Sep. (EUROPA PRESS) -

   La llegada del invierno y las bajas temperaturas vienen acompañados de gripes y resfriados - se estima que en España la población sufre al menos dos episodios cada año-. Un cambio en la alimentación, con mas presencia de purés o sopas y vitamina C, es fundamental para una mayor protección, pero además mejorar nuestros hábitos de sueño puede también reducir el riesgo a padecer estas enfermedades.

   DORMIR POCO Y ENFERMAR

   La falta de sueño está conectada con una mayor probabilidad de enfermar, según han confirmado un equipo de científicos liderado por Sheldon Cohen, profesor de Psicología en el Colegio Dietrich de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, Pensilvania, Estados Unidos.

   Publicado en la revista 'Sleep', los autores del trabajo utilizaron medidas objetivas del sueño para demostrar que las personas que duermen seis horas por noche o menos son más de cuatro veces más propensas a coger un resfriado, en comparación con quienes duermen más de siete horas.

   FALTA DE SUEÑO

   En 2009, Cohen descubrió por primera vez que la falta de sueño se asocia con una mayor probabilidad de contraer un resfriado después de explorar los factores psicológicos que contribuyen a la enfermedad y evaluar la duración del sueño de los participantes y exponerlos a un virus del resfriado común. Ahora, junto con expertos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, ha confirmado sus hallazgos.

   El profesor asistente de Psiquiatría en la UCSF y autor principal del estudio, Aric Prather, señala que los resultados se suman a la creciente evidencia enfatizando la importancia del sueño para la salud. "Va más allá de la sensación de estar aturdido o irritable. No dormir lo suficiente afecta a su salud física", explica el investigador.

   El laboratorio de Cohen es conocido por usar el virus del resfriado común para probar con seguridad cómo varios factores afectan a la capacidad del cuerpo para combatir la enfermedad. Prather planteó a Cohen la posibilidad de investigar el sueño y la susceptibilidad a los resfriados utilizando datos recogidos en un estudio reciente en el que los participantes llevaban sensores para obtener medidas precisas objetivas del sueño.

   Para el análisis, 164 adultos fueron sometidos a dos meses de exámenes de salud, entrevistas y cuestionarios para establecer líneas de base para factores como el estrés, el temperamento y el consumo de cigarrillos y alcohol. Los investigadores también siguieron sus patrones de sueño durante siete días utilizando un sensor similar a un reloj que mide la duración y calidad del sueño durante toda la noche.

   Luego, los participantes fueron recluidos en un hotel, se les administró el virus comunes causantes del resfriado a través de gotas nasales y se les monitorizó durante una semana, recogiendo muestras de moco diarias para ver si el virus se había instalado. Así, encontraron que los sujetos que dormían menos de seis horas por noche eran 4,2 veces más propensos a coger frío en comparación con los que durmieron durante más de siete horas y los que tenían menos de cinco horas de sueño fueron 4,5 veces más propensos.

   "El sueño va más allá de todos los otros factores que se midieron --apunta Prather--. No importaba cómo eran de mayores las personas, sus niveles de estrés, su raza, educación o ingresos. No importaba si eran fumadores. Con todas esas cosas tenidas en cuenta, estadísticamente el sueño todavía era el ganador y fue un abrumadoramente fuerte predictor de susceptibilidad al virus del resfriado".

   Prather subraya que el estudio muestra los riesgos de pérdida crónica de sueño mejor que los experimentos típicos en los que los investigadores privan artificialmente a los individuos de sueño, ya que se basa en el comportamiento normal del sueño de los sujetos. "Esto podría ser una semana normal para alguien durante la temporada de frío", apunta.

   La investigación añade otra pieza de evidencia de que el sueño debe ser tratado como un pilar fundamental de salud pública, junto con la dieta y el ejercicio, según los autores, que apuntan que sigue siendo un reto convencer a las personas de que duerman más.

   "En nuestra cultura de estar ocupados, todavía hay una buena cantidad de orgullo acerca de no tener que dormir y conseguir hacer un montón de trabajo --señala Prather--. Necesitamos más estudios como éste para empezar a hacer llegar a los hogares que el sueño es una pieza fundamental para nuestro bienestar".