El doctor Kovacs asegura que la escoliosis es más una característica estética personal que una enfermedad

Escoliosis
Escoliosis - NEVIT DILMEN - Archivo
Publicado: lunes, 24 junio 2019 17:50

MADRID, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -

El doctor de la Unidad de Espalda Kovacs del Hospital Universitario Moncloa y director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE), Francisco Kovacs, ha asegurado que la escoliosis es más una característica estética personal que una enfermedad.

"La investigación científica ha demostrado hechos que han modificado radicalmente el concepto de la escoliosis idiopática. Hace cincuenta años era considerada como una enfermedad porque se creía que condicionaba la vida de quien la padecía; hoy en día se sabe que, en la inmensa mayoría de los casos, sólo supone una característica estética personal, como ser rubio o moreno, que no causa dolor, no conlleva ningún riesgo y tampoco empeora la calidad de vida presente o futura", ha dicho.

La escoliosis es la desviación involuntaria e irreductible de la columna vertebral. En algunos casos aparece en ancianos ('escoliosis del adulto'), pero en la inmensa mayoría lo hace durante la infancia o la adolescencia, etapa en la cual hay dos tipos la 'escoliosis secundaria', debida a malformaciones (como la fusión congénita de algunas vértebras) o asimetrías en la longitud de las piernas; o asociada a algunas enfermedades (como la neurofibromatosis, el síndrome de Marfan o algunas enfermedades neuromusculares).

La 'escoliosis primaria' es la que aparece durante el desarrollo del niño o del adolescente sano sin más anomalía que la propia desviación de la columna. Esta desviación suele dejar de progresar al terminar el crecimiento óseo (lo que en las niñas sucede poco después de la aparición de la menstruación). En este sentido, el doctor ha comentado que en caso de que la columna de un niño comience a desviarse, conviene acudir al médico para que determine si se trata de una escoliosis primaria o secundaria, y actúe en consecuencia.

Este escoliosis representa más del 90 por ciento de los casos, y se caracteriza porque las vértebras están rotadas, además de estar desviadas, lo que en las vértebras dorsales implica que también estén rotadas las costillas. Eso hace que la desviación sea especialmente visible al inclinarse la persona hacia delante, cuando las costillas parecen elevarse a un lado y hundirse al otro.

En esta idiopática, la desviación suele ir progresando hasta que termina el crecimiento y, para seguir su progresión, la curvatura se mide periódicamente (habitualmente una vez al año, o más a menudo si la desviación crece rápidamente) en 'grados Coob', que se calculan mediante unas mediciones realizadas sobre una radiografía de columna.

El seguimiento precisa realizar radiografías de columna periódicamente, y cada una requiere una cantidad de radiación equivalente a la de 40 radiografías de pulmón. Por ello, el doctor Kovacs ha señalado que su repetición puede implicar una dosis de radiación acumulada relevante, que además se produce durante los años de crecimiento en los que el hueso y otros órganos todavía son "inmaduros y más sensibles" a la radiación.

LA ESCOLIOSIS IDIOPÁTICA ES DETERMINADA ESENCIALMENTE POR LOS GENES

Durante años se ha creído que la repetición de malas posturas podía influir en la desviación causada por la escoliosis idiopática. Sin embargo, los estudios científicos han demostrado que la escoliosis viene determinada esencialmente por los genes que se han heredado.

Los genes más frecuentemente vinculados a la aparición y progresión de la escoliosis parecen variar de una raza a otra, y se sospecha que son distintos los implicados en la aparición de la desviación y los que influyen en su progresión. Estos últimos estarían ligados al cromosoma X, lo que explicaría que, aunque la proporción de escoliosis (de cualquier grado) es similar entre varones y hembras, las escoliosis con mayores grados de curvatura sean casi diez veces más frecuentes entre las hembras que entre los varones.

Al mismo tiempo, tal y como ha argumentado el doctor, pero también explicaría que los estudios epidemiológicos hayan reflejado consistentemente que el hecho de que uno de los padres tenga escoliosis, se asocia a una probabilidad aproximadamente un 30-35 por ciento mayor de que el hijo también la tenga.

Ahora bien, sólo se ha demostrado un incremento (del 11%) en la proporción de niñas con escoliosis entre las que, habiendo sido seleccionadas por tener ligamentos especialmente laxos, fueron sometidas durante años a un régimen intensísimo de entrenamiento físico, repetido durante varias horas diarias con cargas y ejercicios asimétricos siempre hacia el mismo lado.

Ese régimen se mantuvo durante sus años de crecimiento e inmadurez ósea, que además se prolongaron a propósito tomando medidas para retrasar la aparición de la menstruación. "El que un régimen tan extremo tuviera un efecto relativamente escaso sugiere que, en nuestro entorno y en condiciones normales, la influencia de las posturas o los regímenes habituales de ejercicio o deporte probablemente resulte irrelevante, y en todo caso es mucho menor que la de los genes", ha dicho Kovacs.

Dicho esto, el doctor ha comentado que la realización continuada de ejercicio físico es recomendable tanto para las personas con escoliosis idiopática como para la población general, en la que ha demostrado reducir el riesgo de que aparezcan episodios de dolor de espalda y, sobre todo, acortar su duración.

Por ejemplo, se ha demostrado que el ejercicio aeróbico mejora significativamente la potencia y el dintel anaeróbico entre las niñas con escoliosis. Y también que la realización sistemática de ejercicio no causa escoliosis, ni agrava el grado de curvatura de quienes ya la tienen. Sin embargo, existen dudas sobre la efectividad de la realización de programas de ejercicio específico orientados a reducir la progresión o corregir la curva escoliótica.

"Aunque algunos estudios sugieren que esos ejercicios pueden frenar la progresión de la escoliosis y reducir la prescripción de un corsé, otros estudios realizados con métodos más rigurosos sugieren que las pruebas disponibles son insuficientes para permitir conclusiones sólidas, y que no coincide el tipo de ejercicio prescrito por distintos expertos", ha añadido.

La operación es el único procedimiento que ha demostrado poder corregir la escoliosis, durante la cual se endereza mecánicamente la columna, lo que requiere fijar vértebras usando placas, tornillos, ganchos y otros instrumentos. "Antiguamente se solían operar las escoliosis que se consideraban 'importantes', aunque la definición de cuántos grados significaba 'importante' se ha modificado a lo largo del tiempo y varía significativamente de un médico a otro", ha argumentado Kovacs.

Sin embargo, la cirugía no ha demostrado mejorar ningún parámetro como el dolor, el riesgo de padecerlo en el futuro, el estado mental, la calidad de vida relacionada con la salud, la función cardiorrespiratoria, o el grado de actividad y funcionalidad.

De hecho, los adolescentes con escoliosis idiopática a los que no se opera, tienen durante su vida adulta un nivel medio de actividad física similar al de quienes no tienen escoliosis y que es mayor que el de quienes fueron operados.

"Por lo tanto, en la práctica, el único parámetro que la cirugía de la escoliosis idiopática ha demostrado mejorar es el estético. Pero el único aspecto en el que coinciden los cirujanos especializados es en que las consideraciones estéticas no deben ser las que determinen la decisión de operar. La cirugía por escoliosis es agresiva y, aunque en general es segura, no está exenta de riesgos", ha zanjado.