Cuidar el amor

Corazón dibujado en piedra
Foto: FLICKR/EPSOS.DE/CCBY
Actualizado: martes, 7 octubre 2014 2:44

MADRID, 14 Feb. (Infosalus/EP) -  

   Lo más difícil a veces no parece conseguir una pareja con la que compartir la vida sino más bien saber conservarla. Detectar las posibles señales de alarma puede ser la clave para establecer una relación sana y satisfactoria.

"El hombre y la mujer han convivido como pareja desde hace miles de años y en esta etapa de la humanidad resulta inconcebible cerrar la mente y el alma al conocimiento del otro", explica a Infosalus María Jesús Álava Reyes, psicóloga y autora de 'Amar sin sufrir', editado por La Esfera de los Libros.

Según señala Álava, con el paso del tiempo la queja normal de las parejas suele basarse en los problemas de comunicación, las diferencias en los caracteres y el sentirse poco queridos. En este sentido, los problemas pueden surgir cuando el hombre intenta que la mujer piense como un hombre y viceversa, cuando se añora la libertad que se tenía antes, existe una sensación de maltrato o se pasa de la admiración al dolor dentro de la pareja.

Así, la psicóloga señala que cuando se parte de una situación de fragilidad de estas características la forma más óptima de abordar estos problemas es intentar negociar y poner en marcha acuerdos razonables en los ámbitos de la pareja donde exista un mayor desajuste.

El consejo de Álava es establecer una lista de conductas concretas que suponen un problema para cada uno de los miembros de la pareja o aquellas actitudes que podrían mejorar la relación y negociar los cambios. Es importante también elegir los momentos más propicios para realizar estos cambios y hacerlo de forma gradual para que las nuevas interacciones vayan consolidándose y se eviten posibles resistencias.

Así como ejemplo, si se desea una comunicación más fluida en la pareja, fijar 10 minutos de conversación después de la cena puede ser un punto de partida realista y posible. Lo importante, señala Álava, es dar pasos concretos y no fijar expectativas amplías sin determinar acciones claras, además de conseguir la proporcionalidad en estas negociaciones de pareja.

5 reglas de oro para el éxito

La psicóloga plantea a las parejas 5 reglas de oro para que la relación funcione en el día a día:

1. No renunciar a ser uno mismo.

2. Hablar siempre en positivo y hablar desde el afecto.

3. Contemplar las diferencias como caminos para conocer a la pareja y comprender sus motivaciones.

4. No considerarse mártires ni víctimas dentro de una relación.

5. No dejarse manipular por la pareja ni por el entorno.

Los errores más comunes

Dentro de las parejas existen también lugares comunes que conducen al 'precipicio' emocional, Álava nos apunta algunos de los errores más comunes en las relaciones:

* Estar siempre con el hacha preparada y al borde del descontrol emocional.

* Querer cambiar a la pareja en lo fundamental.

*  No aclarar situaciones conflictivas que se acaban convirtiendo en barreras.

* Tratar de imponer el criterio propio.

* Seguir con la pareja cuando la relación está agotada.

* Utilizar a los hijos contra la pareja.

* Esperar reacciones imposibles como las masculinas en la mujer y las femeninas en el hombre derivadas de las creencias personales y no de la realidad.

* Permitir los malos tratos.

Cuando el amor se acaba

Álava apunta que muchas de las dudas que le plantean quienes consultan sobre la pareja se refieren a cómo saber cuándo se ha agotado la relación. En este sentido, la psicóloga da una serie de claves que hay que tener en cuenta, entre ellas:

- Si se pierde el respeto.
- Se disfruta con la humillación del otro.
- El sistema de valores del cónyuge cambia.
- Existe una incoherencia en la actitud del otro entre lo que se dice y se hace.
- Se siente pena por uno mismo.
- Cuando la desesperación desplaza a la ilusión.
- Si la sensación es de prisión en la pareja.
- Si se pierde el cariño mutuo.
- Cuando existen diferencias insalvables en la visión de la vida.
- Si se genera confusión en los hijos por no poder establecer criterios unívocos en su crianza.