El córtex del cíngulo anterior del cerebro y su relacion con el control cognitivo

La actividad en el córtex del cíngulo anterior señala eventos sorprendentes durante el comportamiento motivado.
La actividad en el córtex del cíngulo anterior señala eventos sorprendentes durante el comportamiento motivado. - FLORIDA ATLANTIC UNIVERSITY
Publicado: miércoles, 15 enero 2020 13:04

MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un estudio de neurociencia, publicado en 'Nature Human Behavior', apunta que el córtex del cíngulo anterior, relacionado con el comportamiento cognitivo y cuya actividad se observa en contextos como situaciones de sorpresa y la toma de decisiones en una elección y, resulta ser un componente de una red cerebral que apoya el comportamiento motivado.

El estudio, liderado por la Universidad Atlántica de Florida (Estados Unidos), en colaboración con la Universidad de Radboud y Nijmegen (Países Bajos) y Gante (Bélgica), trató de comprender mejor cómo los procesos de control motivacional ayudan a maximizar el rendimiento cuando el sujeto se enfrenta a diferentes desafíos, como la decisión ante una elección determinada.

Las teorías sobre el papel del córtex, centradas en el control inhibitorio de la sorpresa, la dificultad de elección y el valor del control como mecanismos clave, han sido exitosas en la explicación de la envoltura del córtex en el control inhibotorio, pero sigue siendo poco claro si estos mecanismos generalizan el control motivacional. Cabe destacar que estos procesos de control motivado ayuda a las personas a conseguir un reto, incluso cuando llevarlo a cabo es difícil o costoso.

Así, suprimir el comportamiento indeseado en lo que se refiere al control cognitivo tradicionalmente se ha relacionado con el funcionamiento del córtex del cíngulo anterior. Estos investigadores, utilizando imágenes de resonancia magnética funcional, han probado tres teorías del control cognitivo, a través de tareas mandadas a los participantes de la investigación basadas en la toma de decisiones rápidas. Estas teorías son el 'resultado de respuesta pronosticado' (PRO), el 'valor esperado de control' (EVC) y, por último, la dificultad de elección.

Para diferenciar entre estas teorías, los científicos desarrollaron un conjunto de predicciones empíricas sobre a qué activación en el córtex debería asemejarse si la teoría fuera correcta. Situando estas teorías en oposición dentro del mismo experimiento, los investigadores fueron capaces de desarrollar una serie de análisis para distinguir entre las predicciones de las teorías.

Los investigadores, así, descubrieron que el solo mecanismo de sorpresa, definido en el propio artículo como la diferencia entre los eventos que se espera que pasen frente a aquellos que realmente ocurren, explica mejor la actividad en el córtex durante una tarea que requiere un control motivado.

La serie de análisis que realizaron apoyó el modelo PRO, lo que indica que reconocer eventos sorprendentes podría proporcionar una explicación unificada para la función de este córtex. La señalización de la sorpresa es, según explican, el impulsor compartido del control inhibitorio y motivado, y admite la codificación de sorpresa como el mecanismo central que subyace a la función de la corteza prefrontal.

"Durante el control motivado, encontramos que la actividad de esta corteza reflejaba el cálculo de la sorpresa y no tiene que ver con la dificultad de la decisión", ha señalado el investigador William Alexander, autor principal. "En lugar de ello, la actividad del córtex se centra en las predicciones de nuestras elecciones y el entorno, y especialmente en las señales cuando estas predicciones finalmente no ocurren".

Para el estudio, los investigadores disociaron la necesidad de revitalizar una respuesta del incentivo de recompensa para distinguir el control motivado de la respuesta impulsada por el valor. Los datos recogidos de diferentes sujetos realizando varias tareas se ordenan de fácil a difícil.

PRESIÓN DE TIEMPO

Los participantes elegían entre dos opciones de una cantidad diferentes de dinero y tenían que tomar decisiones realmente rápido, en un tiempo de 750 milisegundos. Esta presión de tiempo les obligó a ejercer un control cognitivo para equilibrar las demandas competitivas de la tarea, una suposición que se confirmó a través de sus resultados de comportamiento.

Otro hallazgo clave del estudio es que varias otras regiones del cerebro, además del córtex, también generaron los patrones de actividad predichos por el modelo PRO. Los estudios futuros necesitarán posicionar esta corteza dentro de una red más grande de regiones cerebrales que evalúen colectivamente la necesidad de un mayor control del comportamiento, y luego deberán implementar ese control a través de cambios en otros sistemas.