MADRID, 30 May. (EUROPA PRESS) -
La contaminación ambiental y el aumento de las temperaturas están favoreciendo que cada vez haya más personas alérgicas y que incluso ciudadanos de otros países, generalmente menos desarrollados y con menor contaminación, se vuelvan alérgicos tras dos años en España, según se ha visto en las consultas.
Así lo ha aseverado la jefa de Servicio de Alergología de HM Universitario Madrid, María Fernández Bohórquez, que recuerda que estos fenómenos ambientales están provocando un incremento en las concentraciones atmosféricas de pólenes, número de insectos y prevalencia de hongos, además de favorecer que los pólenes que antes no eran alergénicos, lo sean.
A esto hay que añadir que las condiciones higiénicas extremas también producen una menor estimulación del sistema inmune, "al existir una menor exposición a virus y bacterias, lo que favorece que reaccione ante agentes inocuos para la mayoría de la población, como pólenes o ácaros de polvo", ha defendido.
Con una prevalencia del 25-30 por ciento, la rinitis alérgica es la alergia más frecuente, causada por pólenes o ácaros, y se suele asociar a conjuntivitis y asma bronquial. Tras ella estaría el asma, que afecta al 3-7% por ciento de la población adulta y al 5-10 por ciento de los niños.
También existen otro tipo de alergias como urticaria, dermatitis atópica, dermatitis de contacto, anafilaxias y alergias a medicamentos. Las alergias a los alimentos también tienen una gran incidencia, en los niños a la leche y al huevo, y los adultos a los frutos secos, frutas y crustáceos.
"Es importante detectar qué alérgeno produce alergia para así evitarlo. En el caso de los pólenes hay que saber cuándo es la polinización para iniciar el tratamiento sintomático. Hay que evitar las salidas a zonas ajardinadas y no realizar ejercicio al aire libre los días de sol y viento, especialmente a última hora de la tarde. Además, se recomienda usar gafas de sol e incluso mascarilla", ha explicado.
Y una vez identificado el agente causal de la alergia, se puede poner una inmunoterapia específica, si bien la doctora Fernández Bohórquez recuerda que el tratamiento médico debe adaptarse a los síntomas del paciente según la frecuencia de presentación y la gravedad de los síntomas.
Son muy importantes también las medidas educativas del paciente y su familia, ya que deben conocer los síntomas de su enfermedad y saber utilizar la medicación que tiene prescrita (inhaladores, autoinyectores de adrenalina, etc).
