Consejos que pueden ayudar a una persona traumatizada a vivir mejor

Llorar, mujer, drama, depresión
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Publicado: lunes, 23 diciembre 2019 8:15

   MADRID, 23 Dic. (EDIZIONES) -

   Un trauma psicológico es una experiencia individual y única que proviene de un incidente o una serie de incidentes duraderos en el tiempo que provoca un gran impacto en la persona que lo sufre.

   "Este evento o serie de eventos abruma a la persona y hace difícil su integración tanto a nivel emocional como a nivel cognitivo o mental", especifica en una entrevista con Infosalus la psicóloga del Colexio Oficial de Psicoloxia de Galicia Natalia Seijo Ameneiros.

   Esta dificultad de integración ocasiona que la persona traumatizada "puede sentirse con sensación de irrealidad, como no viviendo en el momento presente, no entender lo qué sucede e incapaz de darle un sentido a la situación vivida", agrega la experta.

   Un trauma psicológico, además, se puede dar por exceso o por defecto. "El trauma por exceso se produce cuando la persona vive situaciones que le dañan gravemente debido al exceso de intensidad del suceso", explica Seijo, que ejemplifica sus palabras con los traumas por agresiones físicas o abuso sexual, "las formas más visibles de trauma".

   Por su parte, un trauma por defecto se produce por lo contrario. "Cuando la estimulación es escasa o nula", matiza la psicóloga. Por ejemplo, "la falta de cuidados, de atención, la negligencia durante la infancia", comenta la experta. Es decir, "aquellas situaciones en donde los cuidados del niño o niña no se dan o cuando la atención para el desarrollo no está presente, perjudicando el que el propio desarrollo se dé de manera adecuada", resume Seijo.

   La buena noticia es que un trauma se puede superar, "aunque en los casos más complejos, requiere un trabajo constante y duradero en el tiempo con un profesional experto en el tema", avisa la psicóloga.

   De hecho, "las personas que padecen trauma no sólo sufren problemas psicológicos, como depresión o ansiedad, sino que pueden mostrar importantes cambios en su cerebro", agrega la experta, que también recuerda que un trauma en la infancia puede incluso "generar un impacto en el desarrollo y causar variaciones en el volumen y función del cerebro".

   De forma paralela al tratamiento, en el que la ayuda psicológica es "crucial", valora la experta, Seijo proporciona una serie de consejos que se dan a personas traumatizadas para vivir mejor. En primer lugar, la experta destaca el ejercicio físico.

   "Como el trauma irrumpe en el cuerpo y le hace perder su equilibrio natural y le obliga a estar en estado constante de miedo, bajo de energía, 30 minutos de ejercicio y el movimiento pueden ayudar a reparar el sistema nervioso de la persona que padece trauma", explica la psicóloga.

   Además, en lugar de concentrarse en pensamientos intrusivos, se aconseja a estas personas que practiquen "ejercicios de 'mindfulness'", según la experta, y que se focalicen "en el ritmo de la respiración, si es de ayuda para la persona, entrenamiento de relajación y visualizaciones de lugares reales o imaginarios que aporten calma y seguridad a la persona".

   Por otra parte, Seijo aconseja sugerir a la persona que no se aísle porque "lo único que consigue es hacer las cosas aún peores y sentirse aún peor". Además, "pedir ayuda es uno de los puntos esenciales. El apoyo familiar, de amigos y profesional es muy importante", agrega la experta.

EVITAR EL ALCOHOL Y COMER SANO

   La psicóloga recomienda, asimismo, "evitar el alcohol o cualquier tipo de sustancia" y seguir una dieta saludable, porque "comer bien ayuda a mantener el cuerpo sano, la energía en equilibrio y aporta los nutrientes necesarios para unas buenas defensas", recuerda Seijo, que destaca omega 3, que está relacionado con la salud del cerebro y descarta el consumo de azúcar "con el que la persona pueda intentar calmar los síntomas que le molestan a través de conductas inapropiadas con la comida".

   Seijo también se refiere al entorno de la persona traumatizada y apunta que "siempre" tienen que tener una actitud de comprensión, "motivando a la persona a que se puede impulsar un cambio ofreciéndole soporte". También deben adaptarse a lo que la persona con trauma pueda, a su propio ritmo. "Sin juicios y siempre validando cada intento de mejoría y de toma de pequeñas decisiones. Promoviendo el cambio con positividad", zanja la psicóloga.