Consejos para evitar mareos en los coches... y el problema de la susceptibilidad genética

Niños mareados, vomitando.
Niños mareados, vomitando. - IMGORTHAND/GETTY - Archivo
Publicado: jueves, 6 agosto 2020 8:32

   MADRID, 6 Ago. (EUROPA PRESS) -

   Son muchas las personas que se marean en el coche. No sólo los bebés pequeños. Esto es debido a un conflicto sensorial que puede aparecer durante viajes en coche, en barco o en avión y que tiene cierta susceptibilidad genética.

   En una entrevista con Infosalus, la jefa de servicio de Otorrinolaringología del Hospital Nuestra Señora del Rosario (Madrid), la doctora Nieves Mata Castro aclara que la cinetosis o mareo por movimiento "no es una enfermedad", sino un funcionamiento alterado del sistema del equilibrio y de las conexiones cerebrales que lo regulan.

   "Hay un desajuste entre la información que recibe el cerebro a través de los ojos, a través del órgano del equilibrio del oído, y a través de los receptores que tenemos en los pies y en las articulaciones. Este conflicto sensorial entre la información que se recibe desencadena el mareo", explica la también expresidenta de la Asociación Madrileña de Otorrinolaringología.

   Según justifica, este mareo por movimiento puede aparecer durante viajes en coches, en barco o en avión, aunque afirma que esta respuesta fisiológica también puede presentarse ante la inmersión en la realidad virtual de los videojuegos. "Se caracteriza por una sensación de malestar general causado por el movimiento: Náuseas, vómitos, palidez, sudoración, o malestar gástrico", agrega la miembro de la Sociedad Española de Otorrinolaringología.

   La doctora Mata Castro indica, a su vez, que según estudios basados en encuestas, los mareos son frecuentes en niños entre los 6 meses y los 18 años en un 9,2% de casos, y con una ligera preponderancia femenina.

   Ahora bien, señala que la aparición de cinetosis por debajo de la edad de 1 año es excepcionalmente rara, ya que los bebés todavía no usan señales visuales para la percepción del propio movimiento. "Suele ser más pronunciada en niños de 6 y 9 años que presentan una hipersensibilidad debido a la maduración propia de la edad, gestionando lo que perciben y el progresivo control de sus movimientos", apunta la especialista en Otorrinolaringología.

   Asimismo, precisa que en adolescentes después de la pubertad, la frecuencia de mareo por movimiento es menor, dado que han conseguido habituarse al estar expuestos de forma repetitiva a viajes en coche o autobús.

¿POR QUÉ NO AFECTA A TODOS LOS INDIVIDUOS POR IGUAL?

   Por otro lado, la jefa de servicio de Otorrinolaringología del Hospital Nuestra Señora del Rosario indica que el hecho de que no afecte a todos los individuos el mareo en el coche es debido a la predisposición genética individual, es decir, a la carga genética de cada persona, y por otro lado, al estímulo presentado.

   "Esta interacción gen-ambiente hace que los desencadenantes deban ser para unas personas más intensos o prolongados que para otras. Aunque se ha demostrado que casi todas las personas sanas pueden presentar mareo por movimiento si se exponen a los movimientos de provocación apropiados", aclara la experta.

   Dado que hay susceptibilidad genética de por medio, los mareos al viajar en coche es probable que estén presentes toda la vida del individuo, aunque éste se puede ir acostumbrando con el tiempo. "Los estímulos que provoquen el mareo deberán ser más intensos para provocar los mismos síntomas, ya que el individuo se va habituando y controlando los síntomas según avanza la edad. El entrenamiento de habituación vestibular-visual (oído-ojo) es la prevención más efectiva", valora Mata.

   A su vez, recomienda a la hora de evitar mareos en el coche el mirar lo máximo posible al horizonte distante. "Es una medida efectiva para aliviar los síntomas: Mirar a un punto fijo, concentrarse en la carretera, evitar la lectura durante los viajes en coches. En caso de náuseas parece ser que la respiración controlada también es beneficiosa para manejar los síntomas y de promover la habituación", concluye la doctora Mata Castro.