El cerebro y su 'mapa de navegación social'

Actualizado: martes, 18 agosto 2015 8:41

MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

   La región del cerebro que ayuda a las personas a decir si un objeto está cerca o lejos también puede guiar cómo de emocionalmente cercanos se sienten a los demás y cómo los clasifican socialmente, según un estudio llevado a cabo en la Escuela de Medicina Icahn en Monte Sinaí, Estados Unidos, y publicado este miércoles en el revista 'Neuron'. Los hallazgos prometen producir nuevos conocimientos sobre los déficits sociales que acompañan a los trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia y la depresión.

   HIPOCAMPO

   El estudio se centró en probar la existencia de un "mapa social" en el hipocampo, la parte del cerebro que recuerda ubicaciones en el espacio físico y el orden en el que ocurren los acontecimientos. Aunque estudios previos habían sugerido que el hipocampo registra una representación en tres dimensiones de nuestro entorno cuando un conjunto clave de las células nerviosas se enciende, no se había descrito antes cómo contribuye el hipocampo a la conducta social.

   "Al cuantificar los patrones de respuesta de las personas que toman decisiones sobre la base de las interacciones sociales, se encontró que el hipocampo sigue las relaciones, la intimidad y la jerarquía dentro de una especie de 'mapa social'", dice Rita Tavares, investigadora postdoctoral en el Laboratorio Schiller de Neurociencia Afectiva de la Facultad de Medicina Icahn en Monte Sinaí. "Nuestros datos sugieren un mecanismo común para cómo el cerebro codifica el espacio físico, el tiempo y las relaciones sociales", afirma.

   Análisis anteriores de la psicología social y la teoría habían identificado dos factores principales que definen las relaciones sociales: el poder (competencia, dominación, jerarquía) y la afiliación (intimidad, honradez, amor). En el nuevo estudio, los investigadores de Mount Sinai calibraron el sentido de afiliación y poder mediante un modelo de espacio social de los participantes: en un juego de rol, los sujetos sanos se encargaron de encontrar un nuevo hogar y trabajo a través del poder y la afiliación interactuando con personajes de dibujos animados virtuales.

   Para cuantificar las interacciones sociales, los investigadores del estudio utilizaron el poder y la afiliación como ejes X e Y de un gráfico bidimensional donde grabaron las coordenadas sociales de cada interacción. Cada vez que el participante interactuó con un personaje durante el juego, las coordenadas de ese personaje se movieron a lo largo de una trayectoria de mayor o menor intimidad o potencia.

   Los investigadores diseñaron un análisis matemático en el que se preguntaron si la actividad cerebral que se mide en el escáner de neuroimagen funcional (fMRI) rastreó los cambios de coordenadas sociales. El equipo de investigación encontró una correlación entre la actividad del hipocampo y el movimiento a través del "espacio" de abstracción social.

   "Encontramos que los participantes que reportaron mejores habilidades sociales mostraron un mejor seguimiento del hipocampo de los movimientos de los personajes del juego a través de ese espacio social", explica Daniela Schiller, profesora asistente de Psiquiatría y Neurociencia y directora del Laboratorio Schiller de Neurociencia Afectiva en la Escuela de Medicina de Icahn en el Monte Sinaí. "Nuestros resultados sugieren que el hipocampo es crucial para la cognición social e implican que más allá de la elaboración de ubicaciones físicas, el hipocampo calcula un mapa social más general, inclusive, abstracto y multidimensional".

   Navegar a través del espacio social puede ser relevante para muchos trastornos que alteran la cognición social, como sociopatía, trastorno límite de la personalidad, esquizofrenia, depresión y autismo, ya que se sabe que muchos de ellos implican la disfunción del hipocampo. Estos hallazgos predicen que una representación geométrica con problemas de espacio social en el hipocampo puede acompañar a la disfunción social en poblaciones psiquiátricas. La exploración adicional de estas hipótesis podría llevar a mejores opciones de diagnóstico y terapéuticas para varias poblaciones psiquiátricas.