Cerco a la tóxina causante del botulismo

Clostridium botulinum, tóxina botulínica
Foto: WIKIMEDIA/CDC
Actualizado: martes, 24 junio 2014 16:16

MADRID, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California-Irvine (UC-Irvine), en Estados Unidos, han descubierto el mecanismo por el cual las toxinas bacterianas que provocan el botulismo transmitidas por los alimentos son absorbidas a través de la pared intestinal hacia el torrente sanguíneo. Su estudio, publicado en la edición de este viernes de 'Science', apunta a nuevos métodos para bloquear esta sustancia venenosa.

   El botulismo es una enfermedad infrecuente y fatal, a menudo debida a una neurotoxina producida por la bacteria 'Clostridium botulinum', que puede aparecer en los alimentos no cocinados, podridos y en el suelo. Catalogada como un agente de Nivel 1 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidenses, la toxina botulínica es también una potencial arma biológica.

   Mediante el uso de una estructura cristalina de un compuesto complejo de proteínas de la neurotoxina botulínica, Rongsheng Jin, profesor asociado de Fisiología y Biofísica en la Universidad de California en Irvine, y colaboradores encontraron que este compuesto, llamado hemaglutinina clostridial (HA), se une a proteínas de células epiteliales en el intestino de los pacientes, iniciando un proceso que altera las uniones intercelulares cercanas de forma que las complejas moléculas de la toxina puedan atravesar la barrera epitelial.

   "Normalmente, las moléculas de la neurotoxina botulínica son demasiado grandes como para romper esta unión estrecha de las células epiteliales", señala Jin. "Mediante la identificación de este nuevo proceso por el cual los compuestos de la toxina se las arreglan para abrir la puerta desde el interior, podemos comprender mejor la forma de buscar nuevos métodos para prevenir que estas toxinas mortales entren en el torrente sanguíneo", añade.

   En otros ensayos, este investigador y colegas diseñaron una versión mutada del compuesto del botulismo, basándose en la nueva estructura cristalina, en la cual HA no se uniría con la proteína celular epiletal Cadherina-E.

   Sorprendentemente, incluso aunque este compuesto de toxina fabricado en el laboratorio contiene la molécula de la toxina completamente activa en vivo, no era tóxica por vía oral cuando se probó en ratones porque la HA mutada no podía romper las uniones intercelulares y, por lo tanto, el compuesto de la toxina no puede ser absorbido a través de la capa epitelial.

   Jin considera que este enfoque puede conducir a la identificación de pequeñas moléculas capaces de detener la unión de la HA con proteínas de las células epiteliales y, de este modo, prevenir la invasión de las toxinas.