Cavadas dice que el candidato al trasplante facial fue elegido hace meses y que ha hecho "todo lo posible" por realizarlo

Actualizado: jueves, 25 junio 2009 18:21

VALENCIA, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -

El doctor Pedro Cavadas, que será el encargado de realizar el trasplante de cara en el Hospital La Fe de Valencia, aseguró hoy que el candidato es una persona con un problema "muy grave", que "ya teníamos desde hace muchos meses". Subrayó que esta persona confió en él por lo que ha hecho "todo lo posible para llevar esto a cabo".

La Comisión de Trasplantes del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud dió hoy el visto bueno a los dos primeros trasplantes de cara que se realizarán en España, concretamente en los hospitales La Fe de Valencia y Virgen del Rocío de Sevilla. En el caso de Valencia el candidato es un hombre que ha manifestado el deseo de que no se faciliten más datos sobre él, según confirmaron fuentes de la Generalitat.

Cavadas explicó a Europa Press que "el trasplante facial es como cualquier otro pero técnicamente mucho más complicado", por lo que adelantó que la intervención quirúrgica será "larga".

En primer lugar, agregó, hay que "identificar las estructuras anatómicas" del receptor. El segundo paso es "sacar una parte complementaria del donante" y, el tercero, "reparar las estructuras dañadas", apuntó.

Asimismo, el especialista en medicina reconstructiva mencionó que el receptor y el donante tienen que "ser del mismo sexo, de la misma raza y que coincidan en el grupo sanguíneo".

Según informa el propio doctor en la página web de la fundación Pedro Cavadas, el trasplante facial se suele aplicar en casos extremos como "traumatismos muy graves y secuelas de quemaduras". El candidato debe tener entre 18 y 50 años, no ser fumador ni padecer sobrepeso, diabetes o infarto de corazón, así como enfermedades importantes, y en especial tumores, en los últimos 10 años.

"La ausencia de cara tiene un impacto psicológico evidente sobre la persona: la cara es la identidad social del individuo, y su tarjeta de presentación", señalan.

"Sin cara, la persona no se puede socializar de manera razonable. En consecuencia, el impacto social y psicológico es inmenso. Como mucho, estas personas visten una máscara que los tapa", establecen las mismas fuentes.

"CASOS EXTREMOS"

Por ello, el trasplante de cara "no pretende satisfacer un capricho de una persona que no está contenta con algún defecto que tiene", sino que se plantea en "casos extremos". De manera que "las consideraciones éticas y morales o el hipotético impacto psicológico del trasplante carecen de relevancia comparados con la magnitud de la deformidad".

"No hay ninguna particularidad ética o moral en conseguir que un órgano vital para la vida social como es la cara, pueda ser transferido quirúrgicamente de un cadáver donante a una persona sin cara", explica el portal.

Esta intervención quirúrgica se trata de "un transplante microquirúrgico con reparación de todos los nervios de la cara, las arterias y venas, conductos salivares, y reconstrucción de todas las comisuras faciales", aseguran.