Aumentan las infecciones en sangre provocadas por hongos

Actualizado: martes, 24 febrero 2015 14:19

MADRID, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -

Han aumentado en los hospitales españoles las infecciones en sangre o fungemia provocadas por hongos, de hecho por cada 1.100 ingresos existe un episodio de este tipo de infecciones debido a la prolongación de la supervivencia entre pacientes gravemente enfermos, el uso de procedimientos invasivos, catéteres intravenosos, nutrición parenteral, cirugía intraabdominal y el uso de antibióticos de amplio espectro, según los expertos reunidos en la V Reunión científica del grupo de estudio de Micología Médica de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

El género que con mayor frecuencia produce fungemia es 'Candida', pero también es frecuente el 'Aspergillus', pues ambos son responsables del 90 por ciento de las infecciones. La presencia de este tipo de hongo en la sangre se debe considerar siempre como significativo ya que indica una infección diseminada y obliga a buscar una fuente de infección e inicio de tratamiento antifúngico.

Estas infecciones son difíciles de diagnosticar porque la clínica es inespecífica y se parece a muchas otras infecciones similares, por lo que es fundamental sospecharla siempre en un paciente de alto riesgo.

Además, el presidente del Grupo de Estudio de Micología Médica de SEIMC, el doctor Julio García, ha señalado que "el pronóstico de la enfermedad es tan sombrío y hay tantas dificultades para su diagnóstico y tratamiento, que existen innumerables esfuerzos concentrados en el desarrollo de nuevos métodos diagnósticos, más rápidos y fiables, y nuevas moléculas más activas contra este tipo de microorganismos".

Ambos tipos de hongos pueden producir desde patologías benignas con infecciones superficiales en la piel o cuadros alérgicos, hasta infecciones más profundas con grave riesgo del enfermo que la padece ya que las mortalidades oscilan entre el 40-80 por ciento de los casos, aunque esta mortalidad depende de la situación basal del paciente, de la precocidad del diagnóstico y del tiempo en la instauración de un tratamiento adecuado.

Además, aquellos pacientes que tiene más riesgo de sufrir estas infecciones son los pacientes hematológicos, especialmente los receptores de trasplante de médula ósea y pacientes con leucemias; pacientes que están inmunodeprimidos por tratamiento con quimioterapia intensiva; pacientes sometidos a trasplante de órgano sólido; pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos; neonatos pretérmino; y pacientes en tratamiento de larga duración con corticoides, y pacientes con SIDA.

LA RESISTENCIA A LOS ANTIMICÓTICOS

La epidemiología de la fungemia está cambiando, entre otras causas, debido al amplio uso de agentes antimicóticos. La tasa de resistencia a fluconazol en aislados de 'Candida sp' de pacientes con fungemia sigue siendo baja. Sin embargo, este principio no es igualmente aceptable para todas las especies de Candida.

Respecto a esto, un estudio poblacional sobre fungemia llevado a cabo en Barcelona ha mostrado que la mayoría de los aislamientos eran sensibles a fluconazol. Sin embargo, muchos otros estudios que han sido publicados en los últimos años indican que 'C. glabrata' es la segunda causa más frecuente de fungemia en Estados Unidos y en países europeos como Dinamarca, Islandia y Finlandia.

Por otro lado, existen algunas evidencias que indican que la resistencia a fluconazol podría haber aumentado en España. Algunas publicaciones y datos procedentes del laboratorio de referencia de Micología Español reflejan que la incidencia de 'C.glabrata' podría estar aumentando en paralelo a una disminución de la de 'C.parapsilosis' debido a las medidas implantadas para controlar las infecciones nosocomiales. Además, el porcentaje de la resistencia de fluconazol de cepas aisladas en sangre de 'C albicans' y 'C.tropicalis' podrían llegar al 15 por ciento.

Sin embargo, en España, la resistencia a voriconazol de 'Aspergillus' es anecdótica, aunque en otros países como Holanda supone un problema terapéutico de primer orden porque voriconazol es el tratamiento de elección frente a este hongo.