Cómo afecta la falta de oxígeno al cerebro de los bebés prematuros

EEUU.- Saybie, el bebé prematuro más pequeño del mundo que consigue sobrevivir, ha salido del hospital
EEUU.- Saybie, el bebé prematuro más pequeño del mundo que consigue sobrevivir, ha salido del hospital - PIXABAY/ SEPPH - Archivo
Publicado: viernes, 30 agosto 2019 12:16

MADRID, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de investigadores de la Oregon Health & Science University (OHSU), en Estados Unidos, ha demostrado que la falta de oxígeno en el cerebro, también conocido como hipoxia, en los bebés prematuros no mata las células del hipocampo, sino que ralentiza su potenciación a largo plazo modificando las funciones de aprendizaje y memoria, lo que supone nuevas preocupaciones sobre la vulnerabilidad del cerebro prematuro.

Para el desarrollo del estudio, publicado en 'Journal of Neuroscience', el equipo utilizó un modelo de oveja fetal, en el que estudiaron el impacto de la hipoxia y su combinación con un flujo sanguíneo insuficiente en el hipocampo aún en desarrollo.

De esta forma, observaron que aquellos bebés prematuros que habían conseguido sobrevivir presentaban un crecimiento del hipocampo deteriorado, pero esto no ocurría porque las células muriesen, sino porque se produjo un retraso en su maduración. Además, la gravedad de la hipoxia ayudó a predecir el grado en que estas células no maduraron.

En este sentido, el profesor de Investigación Pediátrica y Pediatría en OHSU, Stephen Back, ha puesto de relieve que estos hallazgos abren un abanico de preocupaciones sobre la vulnerabilidad que presenta el cerebro de los nacidos de forma prematura frente a la hipoxia, ya que esto puede tener un gran impacto en la capacidad de aprendizaje durante la edad escolar y adulta.

En la unidad de cuidados intensivos neonatales, los bebés prematuros pueden experimentar hasta 600 períodos cortos de hipoxia semanales, por lo que se estima que más de un tercio de los recién nacidos que han sobrevivido a un parto prematuro tienen cerebros más pequeños que el resto de niños. Esto puede suponer riesgos de neurodesarrollo que afectan al aprendizaje, la memoria, la atención y el comportamiento.

El siguiente paso es "entender cómo una exposición breve o prolongada a la hipoxia afecta a la capacidad de aprendizaje y memoria, lo que nos permitirá entender cómo el hipocampo responde a la falta de oxígeno", ha concluido el experto.