El 39,7% de la población sufre dolor neuropático oncológico como consecuencia de su infradiagnóstico

Publicado: lunes, 17 junio 2019 14:00

MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -

El dolor neuropático oncológico afecta al 39,7 por ciento de la población, según ha destacado el doctor Juan Antonio Virizuela, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital QuirónSalud Sagrado Corazón (Sevilla) y oncólogo Médico del Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla), quien ha puesto de relieve la falta de estudios y el infradiagnóstico de los pacientes.

Esta patología es consecuencia de una lesión del sistema somatosensorial que afecta a la capacidad funcional y a la calidad de vida de los supervivientes al cáncer, "implicando distintas dianas terapéuticas", ha explicado la doctora Concha Pérez, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de la Princesa (Madrid).

A nivel mundial se estima que afecta a 26 millones de pacientes de los que la mitad no logra obtener un alivio adecuado debido a los tratamientos. Entre las principales causas del correcto abordaje la experta ha destacado un diagnóstico inadecuado, tratamientos específicos de dolor neuropático que frecuentemente se dan en dosis infraterapéuticas, problemas de tolerancia o el desconocimiento de que se precisa la asociación de distintas dianas terapéuticas y los tratamientos que cubren estas dianas son empleados con poca frecuencia.

Estos pacientes presentan un funcionamiento cognitivo, físico y social más pobre que el resto de pacientes sin rasgos de este dolor, lo que afecta de manera significativa a su vida diaria. Por ello, el experto ha hecho hincapié en la formación de los profesionales con el objetivo de lograr un diagnóstico precoz que facilite su tratamiento.

En este contexto, más de 100 profesionales sanitarios se han citado en la reunión de expertos organizada por Grünenthal, que ha tenido como resultado la elaboración de un consenso sobre dolor neuropático oncológico con el objetivo de mejorar la calidad de vida de estos pacientes. Así, supone establecer unas líneas de abordaje basadas en la evidencia y la práctica clínica para establecer un marco que permita su diagnóstico, evaluación y tratamiento.